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Agustín Santella, Marxismo Critico

Entre los años ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, los marxismos atravesaron una crisis que parecía ser final. Sin dudas, el acontecimiento clave fue el derrumbe de los “socialismos reales”, que venían a condensar un desgaste de esperanzas emancipadoras.

Ninguna formación social perece sin agotar todas sus capacidades de desarrollo. En el caso de la experiencia socialista del siglo XX, alguna de estas capacidades se agotó. Decimos marxismos en plural, porque había una diferencia llamativa entre el marxismo oficial de los partidos de Estado de la URSS, el de China, pero mucho más respecto del marxismo intelectual académico de Francia, que era muy pujante. Perry Anderson ya escribió sobre la virtual muerte de esta influencia marxista en París hacia principios de los años ochenta. Sin embargo, en el ensayo sobre “Marx en Francia” editado en este libro por Marcello Musto, Jean-Numa Ducange afirma que hoy en Francia “ya no es posible mantenerse al día con todos los periódicos y revistas francesas que proclaman un ¨regreso a Marx¨” (p. 347). ¿Cómo es este regreso a Marx? ¿Qué marxismo sugiere esta nueva lectura? ¿Qué argumentos incorpora la nueva lectura para superar la actual crisis del marxismo?

Hay varios regresos a Marx. Algunos pueden simplemente mantener el Marx del marxismo del siglo XX, tal por ejemplo el marxismo real de los “socialismos reales”. Hay pocos de este tipo, aunque se lo tiene por el verdadero marxismo. En contraste, este libro presenta una persistencia renovada de Marx, especialmente en su primera sección de ensayos. La primera sección integra ensayos de destacados investigadores marxistas (entre ellos E. Meiksins Wood, R. Antunes, M. Lebowitz, el mismo M. Musto). La segunda sección refiere a la recepción reciente de las obras de Marx y Engels en distintas regiones del globo. El libro editado por Musto propone entonces una serie de lecturas nuevas, con direcciones interpretativas específicas, intencionadas, políticas las más de las veces. Pero en la segunda parte del libro tenemos la descripción sobre la evolución del estado de las publicaciones, y las interpretaciones destacadas en un conjunto representativo de países (América hispana, Brasil, mundo de habla inglesa, Francia, Alemania, Italia, Rusia, China, Corea del sur, Japón). Esta parte tiene un valor enorme para el lector interesado en las tendencias marxistas actuales. El libro contiene capítulos sobre la situación en China, Corea, Japón y Rusia, con informes de muy difícil acceso en castellano.

La primera parte tiene ensayos muy provocadores, pero de discusión fundamental. Abarcan una variedad de temáticas, negadas en el marxismo oficial del siglo XX. Posiblemente una idea general de este volumen sea la de una contraposición entre Marx y el marxismo real, entendido como “marxismo histórico” (Arrighi), o “marxismo de los partidos” (Wallerstein). Giovanni Arrighi definía el marxismo histórico no como una “traición” al marxismo, sino como una “formación histórica que se ajusta al despliegue efectivo del legado marxiano bajo circunstancias imprevistas por ese mismo legado” (New Left Review, 1990). Sin embargo, contraponía el marxismo histórico a las tesis fundamentales de Marx. Arrighi hace énfasis en el “sustitucionismo” que los partidos marxistas ejercieron en el poder del Estado en los socialismos reales.

El volumen incluye un capítulo muy impactante para esta discusión. Paresh Chattopadhyay ataca el “mito del socialismo del siglo XX”, en relación a los fundamentos de una teoría leninista del Estado socialista de transición. El error teórico de Lenin habría sido definir el socialismo como la propiedad estatal de los medios de producción. Esto constituiría un salto mortal desde Marx, que adaptaba la teoría primera a la realidad práctica de la toma del poder político. El socialismo en Marx expresaría la socialización de los medios de producción, o un “modo asociado de producción”. Para Marx no existía la distinción entre socialismo y comunismo. En ambos se expresa la negación tanto de la enajenación social en el capital como política en el Estado. La distinción leninista entre socialismo y comunismo como dos etapas no tenía fundamento en Marx. Esta argumentación entonces realiza una crítica de las revoluciones anticapitalistas del siglo XX por no ser estrictamente anticapitalistas. Si bien habla de los ejemplos fundamentales de Rusia y China, sugiere su aplicación a todas las revoluciones (p. 97). De todos modos, el autor no se expide en relación a las teorías del capitalismo de Estado, sino que las denomina descriptivamente “socialismo de Estado”. Este ensayo ilumina sin ambigüedad el tono general del libro: es preciso volver a Marx, no al marxismo “realmente existente”.

En este mismo sentido, se destaca el texto de Ellen Meiksins Wood, porque propone una visión histórica muy distinta de la tradición leninista. En forma de ensayo, la académica canadiense sostiene la actualidad de Marx a partir del hecho de que la universalización del capitalismo es un hecho reciente. Expone la paradoja acerca de un marxismo histórico preocupado por un sistema mundial no capitalista, bajo la teoría del imperialismo. Ella sostiene que el marxismo es más actual que nunca porque nunca habíamos vivido en el capitalismo universal.

Un sentido antiburocrático, esencialmente democrático social, se tiene en los ensayos de Musto y Antunes, pero también Comminel, centrados en la teoría de la alienación. Siguiendo la idea de “modo asociado de producción”, el socialismo intenta reponer la socialización basada en la libertad individual, una visión contraria a la centralidad del Estado en la vida social. Retomar la categoría de alienación permite dar cuenta del conjunto de las formas alienadas en la sociedad capitalista.

El volumen también publica ensayos sobre el “orientalismo”, esto es, el problema de los pueblos no occidentales, sobre feminismo y sobre ecología. Además del tema más clásico de las crisis económicas.

En la sección sobre la recepción actual se destacan los informes sobre China, Rusia, Corea y Japón, como hemos mencionado. En particular, respecto China, llama la atención el hecho de que el Partido Comunista siga haciendo propaganda en nombre del marxismo. Aquí podemos leer un informe con datos concretos sobre la investigación y publicaciones marxistas en ese país. El partido sigue controlando férreamente la lectura del marxismo, reprimiendo las disidencias. Aún así, se nombran algunas investigaciones críticas. En cuanto al contenido, llama la atención cómo el Partido justifica su giro hacia el capitalismo en nombre de la “libertad” y el “desarrollo de las personas”, siguiendo a Marx. Quizá estemos en presencia de un extremo de uso estatal de Marx, como no se había visto en el siglo XX.

El volumen incorpora un capítulo sobre América de habla hispana y otro sobre Brasil. Por supuesto que se resiente para el lector local un balance más amplio sobre la recepción actual de Marx en la Argentina, que ocupa dos páginas en el volumen. Francisco Sobrino menciona allí algunos destacados marxistas académicos, grupos, revistas e iniciativas de organizaciones políticas marxistas. El eje de selección estaría puesto en obras que discuten Marx, lo cual dejaría las que simplemente usan Marx como instrumental para otro tipo de trabajo de investigación. Pero en este plano, también se podría señalar, sin contradecir el sentido del capítulo comentado, que las nuevas lecturas de Marx han florecido en una diversas de grupos e investigadores, pero que no caracteriza el marxismo de Partido, férreamente alineado en la ortodoxia. El marxismo científico e intelectual se ha desarrollado por fuera de los aparatos políticos marxistas. Se profundiza entonces una división, que Perry Anderson había advertido, entre desarrollo de la teoría marxista y movimiento socialista.

Este libro tiene el valor enorme de proponer una serie de líneas firmes para una nueva lectura libertaria de Marx. Además, nos deja un actualizado informe sobre la actividad concreta de la publicación e investigación en gran parte del globo.

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International conference brings top Marx scholars to York University

An international conference focused on Karl Marx’s Capital on its 150th anniversary will be held at York University this spring.

The conference, “Marx’s Capital after 150 Years Years: Critique and Alternative to Capitalism,” will take place from May 24 to 26 at the Keele campus. York University will host to the world’s top scholars, including Immanuel Wallerstein, senior research scholar at Yale University; Saskia Sassen, the Robert S. Lynd Professor of Sociology at Columbia University; renowned French scholar Étienne Balibar; British Professor Bob Jessop; York University sociology Professors Himani Bannerji and Marcello Musto; and many more.

“This conference is an unprecedented opportunity for scholars and the public to explore Marx from a variety of perspectives,” says Musto, who is the conference organizer.

“Marx’s Capital was published in 1867 and this year there will be dozens of conferences that will celebrate one of the most –famous and most translated – book ever written. The conference that will take place at York University is by far the biggest in the world, with the participation of 30 prestigious speakers from more than 10 countries,” says Musto. “The professors invited will not only discuss, and in some cases update, Marx’s critique of capitalism; they will also critically present the profile of alternative society conceived by Marx and will explain why his ideas are still so relevant and useful for us today.”

The conference is structured in nine plenary sessions and around several major themes. Among the themes explored are new interpretations of Capital in light of ecology, non-European societies and gender, the contemporary relevance of Capital, re-reading Capital as an incomplete project after the new critical edition of Marx’s complete work (MEGA²), and the global dissemination and reception of Capital. The presenters will critically reconsider Marx’s magnum opus as a work that continues to provide an effective framework for understanding the nature of capitalism and the transformations of our times.

After the eruption of the international financial crisis in 2008, Marx’s Capital received renewed academic and popular attention. Leading newspapers throughout the world discussed again the contemporary relevance of its pages. Faced with a deep new crisis of capitalism, many are now looking to an author who in the past was often wrongly associated with the “actually existing socialism” and who was too hastily dismissed after the fall of the Berlin Wall.

For many scholars today, Marx’s analyses are resonating more strongly than they did in his own time. This international conference will bring together a cohort of the world’s leading sociologists, political theorists, economists and philosophers, from diverse fields with the aim of offering diverse scholarly perspectives and critical insights into the principal contradictions of contemporary capitalism and, in so doing, point to alternative economic and social models.

Everyone is welcome and admission is free.

For more information on the conference, including the conference program, visit http://www.marxcollegium.org/.

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Jaime Ortega Reyna, Andamios

Una vieja anécdota —probablemente falsa— nos servirá como intro- ducción para reseñar la última compilación que ha hecho Marcello Musto a propósito del filósofo de la “Tesis XI” titulada De regreso a Marx.

En la anécdota, un periodista francés le pregunta al histórico líder de la revolución China, el presidente Mao Tse-Tung, a su paso por París, sobre el alcance histórico de la Revolución francesa (aquella que tradicionalmente ubicamos en 1789): Mao responde que es aún muy pronto para saberlo.

De la misma manera en que Mao refería con mesura cualquier jui- cio sobre un acontecimiento lejano, quizá nosotros debamos también hacer lo mismo a propósito de “los regresos a Marx”. Justamente por- que han sido múltiples no podemos sino marcar desde un horizonte situado (el de América Latina) un distanciamiento con respecto a una hipótesis muy recurrente: que hemos vuelto a Marx a partir de la crisis económica de 2008. Lo marcamos por varias razones, la primera de ellas es que limitar la influencia de Marx a partir de un acontecimiento “económico” nos parece que limita las posibilidades del análisis de su obra y lo reduce a un hecho típicamente “derrumbista”, es decir, ajeno a la historia concreta de los pueblos; la segunda y más importante es que en América Latina al menos desde 1998-1999 (con el triunfo de Hugo Chávez) lentamente su nombre comenzó a ser reivindicado en el plano político y de alternativas de construcción de un orden social distinto al imperante. Mientras que en el norte global importantes pero inconexas protestas (ayer en Madrid y Nueva York, hoy en París) han posibilitado debilmente hablar de otro ordenamiento societal en nuestro continente, con todas las limitaciones imaginables, hemos asistido al ascenso de movimientos sociales que han devenido experiencias con- cretas de gestión de lo público y lo común, así como de la ocupación de gobierno de los Estados: revoluciones democráticas de los pueblos, efectivas, vigorosas, complejas y contradictorias, es decir, vivas. Esta di- ferencia la marcamos justamente porque pensamos que Marx ha sido, y es, un inspirador oculto de más de una de las grandes revueltas que han permitido abrir tímidas grietas en la muralla capitalista, al menos desde este nuestro lugar de enunciación.

Marcada esta diferencia podemos efectivamente trazar grandes rutas por las que avanza el Regreso a Marx, que nos presenta un conjunto muy variado y sugerente de autores. La compilación podemos dividirla artificialmente en tres segmentos. El primero va sobre temas clásicos del marxismo, uno segundo busca encarar el marxismo frente a nuevos problemas y un tercero busca dar un sucinto panorama de la produc- ción marxista alrededor del mundo.

Dentro del primer segmento podemos encontrar los textos de Mar- cello Musto y de Ricardo Antunes, que vuelven sobre el problema de la enajenación, uno para desarrollarlo en su versión clásica por el joven Marx y el otro para intentar poner al día esa noción en nuestro con- texto. Este tema es central para los desarrollos del marxismo durante el siglo xx, y ahora en condiciones de nuevas ediciones y de la publi- cación de inéditos es posible decir cosas nuevas. Es el fin del texto de Musto, quien busca desentrañar los sentidos del uso de alienación, así como algunas de las versiones que circularon en el siglo xx. Como se sabe, aquella noción causó muchos problemas para el marxismo que aspiraba a ser un conocimiento científico, pues seguía anudada a una noción bastante frágil de “esencia humana” supuestamente perdida ante el desarrollo del capitalismo. Junto a ella podemos ubicar otros temas clásicos en la literatura marxista que se desarrollan en variadas y sugerentes direcciones, por ejemplo, el tema de la libertad humana y el desarrollo de las capacidades, que se expone en un texto de George Comninel. Temas clásicos que vuelven y son planteados en nuevas condiciones, las de nuestro siglo xxi.

Un segundo segmento busca ampliar la mirada sobre temas que podríamos considerar “novedosos”. Por ejemplo, se incluye un texto de Kevin Anderson, un estudioso de habla inglesa, sobre el problema de la etnicidad y la manera en que Marx enfocó los procesos en “los márgenes” del centro capitalista. Aquí cabe destacar una continuidad no siempre dicha entre las formulaciones del grupo Pasado y Presente y José Aricó, que dispuso en español el material necesario para superar una lectura eurocéntrica de Marx. También Terrel Carver se avoca a desentrañar la manera en que Marx recibió la problemática del género: se trata de un esfuerzo filológico muy serio por demostrar que Marx no hizo caso omi- so de la situación de las mujeres en la sociedad capitalista. Por su parte, Michael Lebowitz busca establecer una estrategia radical que no apunte sólo a cambios menores del “sistema”. La recientemente fallecida Mei- kisis Wood abordó el tema de la “universalidad del capital”, que desde su punto de vista, apenas la hemos visto completarse en su totalidad, lo cual hace (al decir de ella) más actual el pensamiento de Marx con respecto al siglo xix o incluso al xx.

El último segmento busca dimensionar la producción del marxismo en el mundo, y es sin duda muy rico. En él se exploran brevemente las producciones en América Latina y España, el mundo de habla inglesa, Francia, Brasil, Italia, Japón, Corea, China y Rusia. Sin duda los textos podrán ser criticables desde el punto geográfico del que se coloque: podrán faltar obras, revistas no serán mencionadas, encuentros habrán sido poco visibilizados, etcétera; sin embargo, se trata de un esfuerzo importante, que permite ampliar miradas reducidas o provincianas, tan comunes en los medios académicos, particularmente europeos y estadounidenses, que suelen mirarse sólo a ellos mismos como la úni- ca producción relevante. Es necesario que la crítica se haga a partir de producciones que enriquezcan los panoramas presentados de manera breve. Los lectores encontrarán una gran riqueza temática, de autores, de obras y de revistas, destacamos la que refiere a Brasil, por la capa- cidad de síntesis que hacen los autores, y la colaboración de Jan Hoff sobre Alemania, que además de exponer argumentos de los debates teóricos ha sido autor de un importante libro (sólo en idioma alemán) sobre la historia del marxismo a nivel global, que será necesario tra- ducir pronto.

El conjunto de los diez trabajos que se presentan puede ser la base para futuras investigaciones, que coloquen en el centro las producciones en torno a Marx más que al marxismo, aunque difícilmente se pudieran separar en algunos casos, como en Italia con Gramsci, o en Francia con Althusser.

Indudablemente el conjunto del libro es un aporte para tejer las coordenadas actuales de discusión sobre Marx, pero también a partir de él. Su obra sigue siendo catalizadora de reflexiones y de creación de hipótesis, algunas vuelven sobre temas complejos, que han sido seria- mente cuestionados por el pensamiento filosófico y científico (como el de la enajenación) y otras siguen siendo aportes fundamentales (como el caso de los “límites naturales”). Marx sigue movilizando la imagina- ción de los que se arriesgan a plantear, tanto en planos epistemológicos como prácticos, posibilidades de un orden social distinto. El cruce entre la investigación y la práctica ha marcado derroteros y temas a profundizar, provocando con ello necesarias tensiones con la obra del filósofo del siglo xix que cimbró toda la historia del siglo xx y quizá aún pueda seguir acechando nuestras realidades.