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El retorno al Marx político

El pasado 8-10 de mayo se ha celebrado en Pisa la conferencia internacional “Marx 201. Repensar la alternativa”, en la que han particupado un elenco impresionante de especialistas en la obra de Marx (incluso el Vicepresidente Linera), que han enfocado sus debates a la contribución política del autor de ‘El Capital’.

El organizador de la conferencia, nuestro colaborador Marcello Musto, explica el sentido de esta convocatoria.

El regreso a Marx, que se produjo después de la crisis económica de 2008, estuvo marcado por el redescubrimiento de sus críticas a la economía. Desde entonces, en numerosos periódicos, revistas, libros y volúmenes universitarios, se ha observado desde muchos sectores hasta qué punto el análisis de Marx seguía siendo indispensable para comprender las contradicciones del capitalismo y sus mecanismos destructivos.

En los últimos años, sin embargo, está surgiendo un nuevo fenómeno: la re-exploración del Marx político. La impresión, en la edición alemana MEGA², de manuscritos previamente desconocidos y la publicación de interpretaciones innovadoras de su trabajo han abierto nuevos horizontes de investigación. Los textos no publicados y los nuevos estudios teóricos resaltan, más claramente que en el pasado, hasta qué punto Marx fue un autor capaz de examinar las contradicciones de la sociedad capitalista a escala global y mucho más allá del conflicto entre capital y trabajo. No es arriesgado decir que, entre los grandes clásicos del pensamiento político, económico y filosófico, Marx es el que más ha cambiado su perfil a comienzos del siglo XXI.

Repensar la alternativa con Marx
Desmintiendo a quienes han asimilado la concepción marxiana de la sociedad comunista a un mero desarrollo de las fuerzas productivas, las investigaciones emprendidas han resaltado la importancia que Marx asignó a la cuestión ecológica. En repetidas ocasiones denunció que la expansión del modo de producción capitalista causaría no solo un aumento del robo del trabajo a los propios trabajadores, sino también de los recursos naturales. Marx también estaba interesado de manera amplia en las migraciones. Mostró cómo la migración forzada, generada por el capitalismo, constituía un elemento significativo de la explotación de la burguesía y que solo la solidaridad de clase entre los proletarios, independientemente de su origen, sin distinción entre mano de obra local e importada, era la clave para combatirlo

Marx trató ampliamente muchos otros temas, subestimados, cuando no ignorados, por muchos de sus estudiosos y que son de importancia crucial para la agenda política de nuestros días. Estos incluyen la libertad individual en la esfera económica y política, la emancipación de género, la crítica de los nacionalismos, las formas de propiedad colectiva no controladas por el estado.

Además, Marx llevó a cabo investigaciones exhaustivas sobre sociedades no europeas y se expresó de manera nítida contra el papel destructivo del colonialismo. Y está en un error quien escriba lo contrario. Marx criticó a los pensadores que, aunque culparon de las nefastas consecuencias que éste había generado, utilizaron las categorías interpretativas del contexto europeo en sus análisis de las periferias del mundo. Advirtió varias veces contra quienes homologaban fenómenos diferentes y mostró una gran desconfianza, especialmente después de los avances teóricos logrados en los años setenta, hacia la traducción de las mismas categorías interpretativas en contextos históricos y geográficos completamente diferentes. Todo esto ya ha sido constatado, a pesar del escepticismo que todavía está de moda en algunos círculos académicos.

Treinta años después de la caída del Muro de Berlín, hoy es posible leer un Marx muy diferente de aquel dogmático, economicista y eurocéntrico preconizado durante mucho tiempo. Ciertamente, en el impresionante legado de Marx es posible encontrar declaraciones en las que leemos que el desarrollo de las fuerzas productivas conduce a la disolución del modo de producción capitalista. Sin embargo, sería erróneo atribuirle la tesis de que el socialismo se realizaría como una forma de determinismo histórico. Para Marx, por el contrario, la posibilidad de transformación social dependía de la clase trabajadora y de su capacidad para determinar, a través de la lucha, los cambios sociales y el nacimiento de un sistema económico-político alternativo.

El comunismo como asociación libre
En señal de discontinuidad con la asimilación entre el comunismo y la «dictadura del proletariado», promocionada por muchos «socialismos reales», las reflexiones de Marx sobre la sociedad comunista también deberían volver a ser investigadas. Este tipo de sociedad fue definida por él como «una asociación de seres humanos libres». Si el comunismo aspira a ser una forma superior de organización social, debe posibilitar las condiciones para el «desarrollo pleno y libre de cada individuo».

En El capital, Marx desveló la mentira de la ideología burguesa. El capitalismo no es la organización social en la que los seres humanos, protegidos por normas jurídicas imparciales, capaces de garantizarles justicia y equidad, disfrutan de la verdadera libertad y viven en una democracia completa. En realidad, se degradan a simples objetos, cuya función principal es producir bienes y beneficio para otros.

Para revertir este estado de cosas no basta con cambiar la redistribución de los bienes de consumo. Es necesario cambiar las estructuras productivas de la sociedad desde la raíz: «los productores solo pueden ser libres cuando tienen los medios de producción». Por lo tanto, según Marx, el objetivo de la lucha proletaria debe ser devolver estos a la comunidad. Esto permitiría, también gracias al potencial emancipador de la tecnología, la realización de un propósito fundamental del comunismo: la reducción de los tiempos de trabajo y el consiguiente aumento de todo tipo de capacidades, así como de los dones creativos y del disfrute de los individuos. El modelo socialista al que miraba Marx no era un estado de miseria generalizada, sino el logro de una mayor riqueza colectiva y la satisfacción de las necesidades.

Marx también observó que, en el modo de producción comunista, «la propiedad privada de la tierra por parte de individuos particulares habría sido tan absurda como la de un ser humano por otro». Expresó su crítica más radical a la idea de posesión destructiva inherente al capitalismo, recordando que la sociedad no es propietaria del medio ambiente. La propuesta consistía en que tiene «el deber de transmitir el mundo en mejores condiciones a las generaciones posteriores».

Hoy, la izquierda no podría, por supuesto, redefinir su política de acuerdo con lo que Marx escribió hace más de un siglo. Sin embargo, no debe cometer el error de olvidar la claridad de sus análisis y dejar de usar las armas críticas que nos ofrecen para repensar, de manera renovada, cómo construir una sociedad alternativa al capitalismo.

Marcello Musto es profesor asociado de Teoría Sociológica de la Universidad de York, Canadá. Autor y editor de varios libros sobre Marx, entre ellos hay: Los Grundrisse de Karl Marx. Fundamentos de la crítica de la economía política 150 años después (Fondo de Cultura Economica, 2018) y Another Marx: Early Manuscripts to the International (Bloomsbury, 2018).

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Return of Alternatives

The return to Marx following the economic crisis of 2008 has been distinct from the renewed interest in his critique of economics.

Many authors, in a whole series of newspapers, journals, books and academic volumes, have observed how indispensable Marx’s analysis has proved to be for an understanding of the contradictions and destructive mechanisms of capitalism. In the last few years, however, there has also been a reconsideration of Marx as a political figure and theorist.

The publication of previously unknown manuscripts in the German MEGA2 edition, along with innovative interpretations of his work, have opened up new research horizons and demonstrated more clearly than in the past his capacity to examine the contradictions of capitalist society on a global scale and in spheres beyond the conflict between capital and labour. It is no exaggeration to say that, of the great classics of political, economic and philosophical thought, Marx is the one whose profile has changed the most in the opening decades of the twenty-first century.

Rethinking the alternative with Marx
Recent research has refuted the various approaches that reduce Marx’s conception of communist society to superior development of the productive forces. In particular, it has shown the importance he attached to the ecological question: on repeated occasions, he denounced the fact that expansion of the capitalist mode of production increases not only the theft of workers’ labour but also the pillage of natural resources. Another question in which Marx took a close interest was migration. He showed that the forced movement of labour generated by capitalism was a major component of bourgeois exploitation and that the key to fighting this was class solidarity among workers, regardless of their origins or any distinction between local and imported labour.

Marx went deeply into many other issues which, though often underestimated, or even ignored, by students of his work, are acquiring crucial importance for the political agenda of our times. Among these are individual freedom in the economic and political sphere, gender emancipation, the critique of nationalism, and forms of collective ownership not controlled by the state.

Furthermore, Marx undertook thorough investigations of societies outside Europe and expressed himself unambiguously against the ravages of colonialism. It is a mistake to suggest otherwise. Marx criticized thinkers who, while highlighting the destructive consequences of colonialism, used categories peculiar to the European context in their analysis of peripheral areas of the globe. He warned a number of times against those who failed to observe the necessary distinctions between phenomena, and especially after his theoretical advances in the 1870s he was highly wary of transferring interpretive categories across completely different historical or geographical fields. All this is now clear, despite the scepticism still fashionable in certain academic quarters.

Thus, thirty years after the fall of the Berlin wall, it has become possible to read a Marx very unlike the dogmatic, economistic and Eurocentric theorist who was paraded around for so long. Of course, one can find in Marx’s massive literary bequest a number of statements suggesting that the development of the productive forces is leading to dissolution of the capitalist mode of production. But it would be wrong to attribute to him any idea that the advent of socialism is a historical inevitability. Indeed, for Marx the possibility of transforming society depended on the working class and its capacity, through struggle, to bring about social upheavals that led to the birth of an alternative economic and political system.

Communism as free association
In contrast to the equation of communism with “dictatorship of the proletariat”, which many of the “real world socialisms” espoused in their propaganda, it is necessary to look again at Marx’s reflections on communist society. He once defined it as “an association of free human beings”. If communism aims to be a higher form of society, it must promote the conditions for “the full and free development of each individual”.
In Capital, Marx revealed the mendacious character of bourgeois ideology. Capitalism is not an organization of society in which human beings, protected by impartial legal norms capable of guaranteeing justice and equity, enjoy true freedom and live in accomplished democracy. In reality, they are degraded into mere objects, whose primary function is to produce commodities and profit for others.

To overturn this state of affairs, it is not enough to modify the distribution of consumption goods. What is needed is radical change at the level of the productive assets of society: “the producers can be free only when they are in possession of the means of production”.  Therefore, according to Marx, the objective of the workers’ struggle should be to restore those assets to the community. Thanks to the emancipatory potential of technology, this would make it possible to achieve a basic aim of communism: the reduction of necessary labour time and a resulting increase in the capacities, creative talents and pleasurable activities of individuals. The socialist model that Marx had in mind did not allow for a state of general poverty but looked to the achievement of greater collective wealth and greater satisfaction of needs.

Marx also remarked that, in the communist mode of production, “private ownership of the planet by individuals will appear as absurd as the ownership of one human being by another”. He directed his most radical criticism against the kind of destructive possession inherent in capitalism, pointing out that society does not own the environment but has “a duty to pass on the world in better conditions to future generations”.

Today, of course, the Left cannot simply redefine its politics around what Marx wrote more than a century ago. But nor should it commit the error of forgetting the clarity of his analyses or fail to use the critical weapons he offered for fresh thinking about an alternative society to capitalism.

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Il Messaggero

A 200 anni dalla nascita di Karl Marx, il 5 maggio 1818, torna alla ribalta l’attualità del suo pensiero, che guardava proprio al futuro, e ci si interroga sul valore e sul destino dei suoi testi, a partire dal Manifesto scritto con Engels che si conclude con l’appello: «Proletari di tutti i Paesi, unitevi!».

Tra i tanti libri usciti, o che stanno arrivando in libreria, per l’anniversario è proprio la nuova e ricca edizione de ‘Il
Manifesto Comunistà, pubblicato da Ponte alle Grazie, a porre interrogativi su che cosa è in grado di dirci oggi questo testo che viene anche criticato e rivalutato come «strumento politico futuro». E colpisce per l’originalità il libro di Marcello Musto su “L’ultimo Marx” proposto da Donzelli che dello studioso italiano – a cui è stato affidato in Canada il centro di Studi marxiani, considerato un’autorità mondiale in questo campo – pubblicherà, a fine estate 2018, l’antologia “Karl Marx, scritti sull’alienazione”. E sempre a cura di Musto arriverà in libreria in autunno per Einaudi una monografia su Marx che l’autore considera molto più attuale di quanto si voglia pensare e credere.

A cura del gruppo di ricercatori e militanti italiani C17, con una nuova traduzione, saggi e contributi di alcuni fra i più conosciuti pensatori di ispirazione marxista, femminista e postcoloniale tra i quali Toni Negri, Etienne Balibar, Slavoj Zizek e Veronica Gago, “Il Manifesto Comunista” viene proposto qui, e forse per la prima volta in Italia, con il titolo dell’edizione del 1872, mentre quando uscì, a Londra nel 1848, si chiamava “Il Manifesto del Partito Comunista” che Laterza ripropone in edizione economica.

«Abbiamo fatto una lettura collettiva del Manifesto da settembre a gennaio scorso» spiega l’editor Vincenzo Ostuni. La sua attualità sta innanzitutto, aggiunge, «in quel bisogno di giustizia sociale ed eguaglianza, non nel senso di andare tutti in giro con la Trabant, ma di avere tutti uguale opportunità di sviluppare i propri talenti. È la spinta fondamentale che rende il manifesto così potente, universale. Come spiega il rapporto Oxfam la ricchezza in dollari accumulata dai miliardari in dodici mesi è 7 volte superiore alle risorse che servirebbero
per far uscire dallo stato di povertà estrema milioni di persone». Gli squilibri che abbiamo raggiunto «sono mostruosi: oggi in Italia un bambino su dieci è sotto la soglia di povertà assoluta» dice Ostuni. «Dal ’91 in poi nelle democrazie occidentali, chi più chi meno, sono state smantellate le conquiste – reddito, sanità, pensioni – del capitale fatte durante il trentennio glorioso dal 1945 al 1975».

“L’ultimo Marx” di Musto racconta invece una zona poco esplorata della biografia dell’autore de “Il Capitale”, uscito 150 anni fa. Ci porta nel periodo dal 1881 al 1883, quando Marx era molto malato, aveva gravi problemi respiratori, sua moglie era morta, e i medici gli consigliarono di andare al Sud: prima in Costa Azzurra, dove invece il caldo peggiorò le sue condizioni e poi in Algeria, ma nonostante l’indebolimento
fisico continuò a scrivere sui suoi taccuini. «Lo sbocco africano – spiega l’editore Carmine Donzelli – lo porta a fare riflessioni sulle disuguaglianze territoriali che sono interessanti e innovative rispetto alla sua precedente
elaborazione teorica». Nell’antologia di scritti sull’alienazione, di prossima uscita, Musto ripercorre invece il
nucleo teorico essenziale, dal giovane al vecchio Marx, su questo tema. «In Italia abbiamo una più flebile percezione dell’importanza del pensiero di Marx di quanto non avvenga nel mondo anglosassone che gli dedica più studi. C’è bisogno ancora di Marx che non è una sorta di aggeggio da mettere in bacheca, è
un contributo vivo» dice Donzelli.

E c’è anche il romanzo umoristico di Marx “Scorpione e felice” (Elliot) e, in arrivo a fine maggio, «E Marx tacque nel giardino di Darwin’ (Neri Pozza) con cui esordisce nella narrativa Ilona Jerger, ex editor in chef del magazine tedesco Nature. «Dopo aver trovato una notizia sul fatto che Marx aveva spedito una copia con dedica de ‘Il Capitalè a Darwin, ha immaginato un incontro tra i due grandi pensatori dell’Ottocento» spiega la editor di Neri Pozza, Sabine Schultz.

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Marx 201. El retorno al Marx político

El pasado 8-10 de mayo se ha celebrado en Pisa la conferencia internacional “Marx 201. Repensar la alternativa”, en la que han particupado un elenco impresionante de especialistas en la obra de Marx, que han enfocado sus debates a la contribución política del autor de El Capital.

Uno de los organizadores de la conferencia, nuestro amigo y colaborador Marcello Musto explica el sentido de esta convocatoria. SP

El regreso a Marx, que se produjo después de la crisis económica de 2008, estuvo marcado por el redescubrimiento de sus críticas a la economía. Desde entonces, en numerosos periódicos, revistas, libros y volúmenes universitarios, se ha observado desde muchos sectores hasta qué punto el análisis de Marx seguía siendo indispensable para comprender las contradicciones del capitalismo y sus mecanismos destructivos.

En los últimos años, sin embargo, está surgiendo un nuevo fenómeno: la re-exploración del Marx político. La impresión, en la edición alemana MEGA², de manuscritos previamente desconocidos y la publicación de interpretaciones innovadoras de su trabajo han abierto nuevos horizontes de investigación. Los textos no publicados y los nuevos estudios teóricos resaltan, más claramente que en el pasado, hasta qué punto Marx fue un autor capaz de examinar las contradicciones de la sociedad capitalista a escala global y mucho más allá del conflicto entre capital y trabajo. No es arriesgado decir que, entre los grandes clásicos del pensamiento político, económico y filosófico, Marx es el que más ha cambiado su perfil a comienzos del siglo XXI.

Repensar la alternativa con Marx
Desmintiendo a quienes han asimilado la concepción marxiana de la sociedad comunista a un mero desarrollo de las fuerzas productivas, las investigaciones emprendidas han resaltado la importancia que Marx asignó a la cuestión ecológica. En repetidas ocasiones denunció que la expansión del modo de producción capitalista causaría no solo un aumento del robo del trabajo a los propios trabajadores, sino también de los recursos naturales. Marx también estaba interesado de manera amplia en las migraciones. Mostró cómo la migración forzada, generada por el capitalismo, constituía un elemento significativo de la explotación de la burguesía y que solo la solidaridad de clase entre los proletarios, independientemente de su origen, sin distinción entre mano de obra local e importada, era la clave para combatirlo

Marx trató ampliamente muchos otros temas, subestimados, cuando no ignorados, por muchos de sus estudiosos y que son de importancia crucial para la agenda política de nuestros días. Estos incluyen la libertad individual en la esfera económica y política, la emancipación de género, la crítica de los nacionalismos, las formas de propiedad colectiva no controladas por el estado.

Además, Marx llevó a cabo investigaciones exhaustivas sobre sociedades no europeas y se expresó de manera nítida contra el papel destructivo del colonialismo. Y está en un error quien escriba lo contrario. Marx criticó a los pensadores que, aunque culparon de las nefastas consecuencias que éste había generado, utilizaron las categorías interpretativas del contexto europeo en sus análisis de las periferias del mundo. Advirtió varias veces contra quienes homologaban fenómenos diferentes y mostró una gran desconfianza, especialmente después de los avances teóricos logrados en los años setenta, hacia la traducción de las mismas categorías interpretativas en contextos históricos y geográficos completamente diferentes. Todo esto ya ha sido constatado, a pesar del escepticismo que todavía está de moda en algunos círculos académicos.

Treinta años después de la caída del Muro de Berlín, hoy es posible leer un Marx muy diferente de aquel dogmático, economicista y eurocéntrico preconizado durante mucho tiempo. Ciertamente, en el impresionante legado de Marx es posible encontrar declaraciones en las que leemos que el desarrollo de las fuerzas productivas conduce a la disolución del modo de producción capitalista. Sin embargo, sería erróneo atribuirle la tesis de que el socialismo se realizaría como una forma de determinismo histórico. Para Marx, por el contrario, la posibilidad de transformación social dependía de la clase trabajadora y de su capacidad para determinar, a través de la lucha, los cambios sociales y el nacimiento de un sistema económico-político alternativo.

El comunismo como asociación libre
En señal de discontinuidad con la asimilación entre el comunismo y la «dictadura del proletariado», promocionada por muchos «socialismos reales», las reflexiones de Marx sobre la sociedad comunista también deberían volver a ser investigadas. Este tipo de sociedad fue definida por él como «una asociación de seres humanos libres». Si el comunismo aspira a ser una forma superior de organización social, debe posibilitar las condiciones para el «desarrollo pleno y libre de cada individuo».

En El capital, Marx desveló la mentira de la ideología burguesa. El capitalismo no es la organización social en la que los seres humanos, protegidos por normas jurídicas imparciales, capaces de garantizarles justicia y equidad, disfrutan de la verdadera libertad y viven en una democracia completa. En realidad, se degradan a simples objetos, cuya función principal es producir bienes y beneficio para otros.

Para revertir este estado de cosas no basta con cambiar la redistribución de los bienes de consumo. Es necesario cambiar las estructuras productivas de la sociedad desde la raíz: «los productores solo pueden ser libres cuando tienen los medios de producción». Por lo tanto, según Marx, el objetivo de la lucha proletaria debe ser devolver estos a la comunidad. Esto permitiría, también gracias al potencial emancipador de la tecnología, la realización de un propósito fundamental del comunismo: la reducción de los tiempos de trabajo y el consiguiente aumento de todo tipo de capacidades, así como de los dones creativos y del disfrute de los individuos. El modelo socialista al que miraba Marx no era un estado de miseria generalizada, sino el logro de una mayor riqueza colectiva y la satisfacción de las necesidades.

Marx también observó que, en el modo de producción comunista, «la propiedad privada de la tierra por parte de individuos particulares habría sido tan absurda como la de un ser humano por otro». Expresó su crítica más radical a la idea de posesión destructiva inherente al capitalismo, recordando que la sociedad no es propietaria del medio ambiente. La propuesta consistía en que tiene «el deber de transmitir el mundo en mejores condiciones a las generaciones posteriores».

Hoy, la izquierda no podría, por supuesto, redefinir su política de acuerdo con lo que Marx escribió hace más de un siglo. Sin embargo, no debe cometer el error de olvidar la claridad de sus análisis y dejar de usar las armas críticas que nos ofrecen para repensar, de manera renovada, cómo construir una sociedad alternativa al capitalismo.

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Past talks

Marx 201: ripensare l’alternativa

Marx 201. Ripensare l’alternativa Conferenza Internazionale

Da ormai oltre un decennio, numerosi articoli in prestigiosi quotidiani e riviste hanno descritto Marx come un pensatore preveggente e la cui attualità continua a ricevere costante conferma. Pressoché ovunque, sono riapparsi corsi universitari e conferenze internazionali a lui dedicati. I suoi testi, ristampati o pubblicati in nuove edizioni, sono rispuntati sugli scaffali delle librerie e la ricerca sulla sua opera, abbandonata per un lungo ventennio, è ripresa in modo considerevole. Il Marx Revival è andato intensificandosi ulteriormente nel 2018, attraverso le tante iniziative organizzate nel mondo in occasione dei 200 anni della sua nascita.

Determinante, al fine di una reinterpretazione complessiva dell’opera di Marx, è stata la pubblicazione, ricominciata nel 1998, della Marx-Engels Gesamtausgabe (MEGA²), l’edizione storico critica delle opere complete di Marx ed Engels, presso la quale sono stati dati alle stampe oltre venticinque nuovi volumi e molti inediti.

A offrire innovative interpretazioni dell’opera di Marx hanno contribuito anche libri di recente pubblicazione. Queste ricerche hanno fatto emergere un autore capace di esaminare le contraddizioni della società capitalista ben oltre il conflitto tra capitale e lavoro. Marx scrisse diffusamente delle società extra-europee e, smentendo quanti hanno assimilato la sua concezione del comunismo al mero sviluppo delle forze produttive, assegnò rilevanza alla questione ecologica. Inoltre, si occupò approfonditamente di molteplici tematiche che sono state spesso sottovalutate, quando non ignorate, da molti dei suoi studiosi. Tra queste figurano la ricerca di forme di proprietà collettive non controllate dallo Stato, la centralità della libertà individuale nella sfera economica e politica, l’analisi dei processi migratori, l’emancipazione di genere, le potenzialità emancipatrici della tecnologia e la critica dei nazionalismi: tutte questioni fondamentali anche per i nostri giorni.

Se riesaminate alla luce dei cambiamenti avvenuti negli ultimi 150 anni, le idee di Marx si rivelano ancora imprescindibili per comprendere la società capitalista. Trenta prestigiosi studiosi, provenienti da 14 paesi, e rilevanti esponenti politici e sindacali, discuteranno soprattutto del pensiero politico di Marx.

Guardando oltre le rituali celebrazioni del bicentenario marxiano, la conferenza Marx 201. Ripensare l’alternativa, si propone di discutere, nelle nove sessioni plenarie in cui si articolerà, in modo critico e innovativo i temi classici della riflessione marxiana (Capitalismo, Democrazia, Lavoro, Comunismo) e di sviluppare un’analisi approfondita di alcune tematiche raramente accostate al pensiero di Marx (Nazionalismo, Migrazione, Ecologia, Religione, Genere).

I partecipanti avranno l’occasione di scorgere in Marx un autore molto diverso dalla vulgata che lo ha descritto come dogmatico, economicista ed eurocentrico. Al contrario, egli è ancora indispensabile per ripensare un modello economico-sociale alternativo al capitalismo.

L’INGRESSO ALLA CONFERENZA È LIBERO
SENZA OBBLIGO DI REGISTRAZIONE

 

 

Programma dei lavori

Mercoledì, 8 maggio

Introduzione ai lavori,

16:30 – 17:15

Polo didattico Carmignani, aula magna

 

Piazza dei Cavalieri, 8

Paolo Mancarella

(Rettore Università di Pisa, Italia)

Enrico Rossi

(Presidente Regione Toscana, Italia)

Sessione 1, 17:00 – 20:30

Polo didattico Carmignani, aula magna

 

Piazza dei Cavalieri, 8

Capitalismo

Silvia Federici

(Hofstra University, USA),

Genere, “razza” e accumulazione originaria nell’opera di Marx. Una prospettiva femminista

Bob Jessop

(Lancaster University, UK),

Capital as a Social Relation: Form Analysis and Class Struggle

Alfonso Maurizio Iacono

(Università di Pisa, Italia),

La merce entra in scena nel teatro del postmoderno

Maurizio Landini

(Segretario Generale CGIL, Italia),

Il lavoro nel capitalismo globalizzato. Per una nuova internazionale

Giovedì, 9 maggio

Sessione 2, 10:00 – 12:30

Palazzo Matteucci, aula magna

 

Piazza Torricelli, 2

Nazionalismo

George Comninel

(York University, Canada),

Nationalism and Nation States: Challenges for Revolutionary Politics

Alberto Burgio

(Università di Bologna, Italia),

“Gli operai non hanno patria”. Nazionalismi e internazionalismo tra XX e XXI secolo

Gáspár Tamás

(Central European University, Hungary),

Nationalism in

The Eighteenth Brumaire of Louis Napoleon

: The First Sightings of the Counter-Attack against Socialism

Sessione 3, 14:30 – 16:30

Polo didattico Carmignani, aula magna

 

Piazza dei Cavalieri, 8

Democrazia

Mauro Buccheri

(York University, Canada),

“Da molto tempo il mondo ha il sogno di una cosa”: Marx e la città futura

Terrell Carver

(University of Bristol, UK),

Vive la République!

Theorising the Democracy/Dictatorship “Knife Edge” with Marx

Michael Brie

(Rosa Luxemburg Stiftung, Deutschland),

Uniting Socialism and Democracy: An Unsolvable Task

Sessione 4, 16:30 – 18:30

Polo didattico Carmignani, aula magna

 

Piazza dei Cavalieri, 8

Migrazione

David Smith

(University of Kansas, USA),

Accumulation by Forced Migration: Insights from Capital and Marx’s Late Manuscripts

Pietro Basso

(Università Ca’ Foscari Venezia, Italia),

Marx sull’esercito industriale di riserva e le migrazioni: vietato abusarne!

Ranabir Samaddar

(Calcutta Research Group, India),

Globalisation and Migrant Labour: Then and Now

Sessione 5

,

18:45 – 20:30

Polo didattico Carmignani, aula magna

 

Piazza dei Cavalieri, 8

Lavoro

Luciana Castellina

(Il manifesto, Italia),

La trasformazione della classe lavoratrice: il becchino frantumato

Sarah Raymundo

(University of the Philippines Diliman, Philippines),

Southern Dispatch: Primary Accumulation and Modalities of Labour

Ricardo Antunes

(Universidade Estadual de Campinas, Brasil),

Marx, il nuovo proletariato digitale e il valore

Venerdì, 10 maggio

Sessione 6

,

10:00 – 12:30

Palazzo Matteucci, aula magna

 

Piazza Torricelli, 2

Ecologia

Razmig Keucheyan

(Université de Bordeaux, France),

Finding a Way Out of the Anthropocene: The Theory of “Radical Needs” and the Ecological Transition

Kohei Saito

(Osaka City University, Japan),

Climate Justice and Class Struggle: Ecosocialism beyond Metabolic Rifts and the Imperial Mode of Living

Gregory Claeys

(Royal Holloway University of London, UK),

Marx and Environmental Catastrophe

Sessione 7, 14:30 – 16:00

 

Polo didattico Carmignani, aula magna

 

Piazza dei Cavalieri, 8

Religione

Stefano Petrucciani

(Università di Roma La Sapienza, Italia),

Aspetti del feticismo in Marx

Michael Löwy

(Centre National de la Recherche Scientifique, France),

“Opium of the People”? From Marx to Liberation Theology

Sessione 8, 16:00 – 18:00

Polo didattico Carmignani, aula magna

 

Piazza dei Cavalieri, 8

Genere

Himani Bannerji

(York University, Canada),

The Factory and the Family as Spaces of Capital

Elvira Concheiro

(Universidad Nacional Autónoma de México, México),

Marx y el feminismo: reencuentros posibles

Sessione 9, 18:15 – 20:30

Polo didattico Carmignani, aula magna

 

Piazza dei Cavalieri, 8

Comunismo

Marcello Musto

(York University, Canada),

Comunismo come libera associazione. Ripensare l’alternativa con Marx

Álvaro García Linera

(Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia)

Marx en América Latina. Nuevos caminos al comunismo

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Interviews

Ecologia e migranti com’è moderno il pensiero critico del Marx politico

Marx 201, per andare oltre agli anniversari tondi, l’università di Pisa e la York University di Toronto organizzano col patrocinio della Regione Toscana una conferenza internazionale sul pensiero marxista da oggi al 10 maggio al polo didattico Carmignani.

“Marx 201. Ripensare l’alternativa” è il titolo dell’appuntamento a cui partecipano trenta studiosi (tra essi Michael Löwy, Silvia Federici e Bob Jessop), provenienti da 14 paesi che si confronteranno sulle teorie politiche di Marx e sulla necessità di guardare questo autore in modo radicalmente diverso dalla vulgata che lo ha descritto come dogmatico, economicista ed eurocentrico.

La conferenza sarà aperta dal rettore dell’ateneo di Pisa Paolo Mancarella e dal governatore della Toscana Enrico Rossi. Fra gli ospiti, Luciana Castellina (su: La trasformazione della classe lavoratrice: il becchino frantumato), il segretario della Cgil Maurizio Landini, il vicepresidente della Bolivia Álvaro García Linera, Elvira Concheiro dell’Universidad Nacional Autónoma de México, che parlerà su “Marx e il femminismo: un incontro possibile” e che è fra le organizzatrici assieme ai professori Alfonso Maurizio Iacono, dell’ateneo pisano che ha ideato la conferenza, e Marcello Musto, della York University di Toronto. Musto, Sociologia teorica, è autore fra gli altri di libri come Marx for Today (Routledge, 2012) e del più recente, pubblicato in Italia da Einaudi (2018) Karl Marx Biografia intellettuale e politica (1857-1883).

 

Professor Musto, come si rilegge e cosa si rilegge del pensiero di Marx nel 2019?

«Marx non va riletto né con l’economicismo dogmatico di molti marxismi novecenteschi, né come fanno i liberali, i quali si sforzano di raffigurarlo come un classico che non avrebbe nulla da offrire al presente. Andrebbe riletto alla Marx, ovvero criticamente. Negli ultimi anni sta emergendo una nuova — e per molti versi sorprendente — esplorazione del Marx politico. Si rileggono le sue riflessioni su tematiche, a torto, raramente accostate al suo pensiero che rivestono cruciale importanza nell’agenda politica contemporanea. Tra queste vi sono ecologia, migrazione e nazionalismo».

 

La nuova classe operaia oggi è il fattorino di Amazon o il rider di Deliveroo. Cosa ha in comune e in cosa si differenza dall’operaio che aveva come riferimento Karl Marx?

«La fabbrica fordista associata al proletariato delle grandi fabbriche, che militava nei partiti della sinistra, si è diffusa dopo la scomparsa di Marx. Le difficoltà che egli incontrò nell’organizzare i lavoratori precari e non qualificati, al tempo della Prima Internazionale, nel 1864, sono molto più contigue di quanto in genere si ritiene a quelle delle organizzazioni politiche e sindacali contemporanee.

Ovviamente, quella dei nostri giorni è una società molto complessa ed è necessaria una nuova riflessione su cosa sia il proletariato oggi. Quella prodotta da Marx nell’Ottocento non è più sufficiente».

 

Qual è a suo avviso la radice dell’avanzata delle destre in diversi paesi dell’Europa?

«Esistono delle motivazioni economiche dovute alla disoccupazione, alle privatizzazioni e allo smantellamento del welfare state che hanno contraddistinto il decennio di crisi sociale cominciato nel 2008. Poi vi sono le enormi responsabilità politiche delle forze progressiste che hanno abdicato al loro ruolo, rinunciando alla costruzione di alternative, nel mutato contesto della globalizzazione capitalista. Dagli anni Novanta, esse si sono limitate a proporre blandi palliativi al neoliberismo, con il quale sono state, poi, di fatto identificate. Nell’Europa dell’Est va aggiunto il rifiuto verso il socialismo, dovuto al ricordo dei regimi oppressivi sorti proprio in nome di Marx».

 

Se Marx fosse vissuto oggi sarebbe stato favorevole alla Brexit?

«Cerco sempre di evitare di dire cosa “avrebbe detto o scritto Marx”. Più che concentrarsi sugli esiti dei referendum, forse egli avrebbe criticato i processi di fondo che li precedono. Marx avrebbe attaccato ferocemente la natura anti-sociale dell’Unione Europea, la minaccia del debito pubblico sui suoi Stati membri e le politiche di austerità. Si sarebbe scagliato contro l’idea — oggi divenuta dogma — che l’economia è un ambito separato e immodificabile e avrebbe svelato il volto di un capitalismo in grave crisi di consenso e, al fine, incompatibile con la democrazia».

 

In un lavoro che è scarso e parcellizzato, si può ancora immaginare un fronte comune per la “classe operaia”?

«La solidarietà di classe è tanto più indispensabile in un contesto come quello presente. Fu Marx stesso a mettere in risalto quanto la contrapposizione tra i proletari autoctoni e quelli stranieri — oltretutto discriminati — fosse un elemento essenziale del dominio economico e politico delle classi dominanti. Vanno di certo reinventate nuove modalità di conflitto e di organizzazione politica e sindacale, ma senza un fronte comune degli sfruttati si profila un orizzonte di guerra tra poveri e competizione sfrenata tra gli individui».

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Laura Montanari, La Repubblica

“Come è attuale il Marx politico”

1)  Come si rilegge e cosa si rilegge del pensiero di Marx nel 2019?

Marx non va riletto né con l’economicismo dogmatico di molti marxismi novecenteschi, né come fanno i liberali, i quali si sforzano di raffigurarlo come un classico che non avrebbe nulla da offrire al presente. Andrebbe riletto alla Marx, ovvero criticamente.
Negli ultimi anni sta emergendo una nuova – e per molti versi sorprendente – esplorazione del Marx politico. Si rileggono le sue riflessioni su tematiche, a torto, raramente accostate al suo pensiero che rivestono cruciale importanza nell’agenda politica contemporanea. Tra queste vi sono ecologia, migrazione e nazionalismo.

2)  La nuova classe operaia oggi è il fattorino di Amazon o il rider di Deliveroo. Cosa ha in comune e in cosa si differenza dall’operaio che aveva come riferimento Karl Marx?
La fabbrica fordista associata al proletariato delle grandi fabbriche, che militava nei partiti della sinistra, si è diffusa dopo la scomparsa di Marx. Le difficoltà che egli incontrò nell’organizzare i lavoratori precari e non qualificati, al tempo della Prima Internazionale, nel 1864, sono molto più contigue di quanto in genere si ritiene a quelle delle organizzazioni politiche e sindacali contemporanee. Ovviamente, quella dei nostri giorni è una società molto complessa ed è necessaria una nuova riflessione su cosa sia il proletariato oggi. Quella prodotta da Marx nell’Ottocento non è più sufficiente.

3)  Quale è a suo avviso la radice dell’avanzata delle destre in diversi paesi dell’Europa?
Esistono delle motivazioni economiche dovute alla disoccupazione, alle privatizzazioni e allo smantellamento del welfare state che hanno contraddistinto il decennio di crisi sociale cominciato nel 2008. Poi vi sono le enormi responsabilità politiche delle forze progressiste che hanno abdicato al loro ruolo, rinunciando alla costruzione di alternative, nel mutato contesto della globalizzazione capitalista. Dagli anni Novanta, esse si sono limitate a proporre blandi palliativi al neoliberismo, con il quale sono state, poi, di fatto identificate. Nell’Europa dell’Est va aggiunto il rifiuto verso il socialismo, dovuto al ricordo dei regimi oppressivi sorti proprio in nome di Marx.

4)  Se Marx fosse vissuto oggi sarebbe stato favorevole alla Brexit?
Cerco sempre di evitare di dire cosa “avrebbe detto o scritto Marx”. Più che concentrarsi sugli esiti dei referendum, forse egli avrebbe criticato i processi di fondo che li precedono. Marx avrebbe attaccato ferocemente la natura anti-sociale dell’Unione Europea, la minaccia del debito pubblico sui suoi Stati membri e le politiche di austerità. Si sarebbe scagliato contro l’idea – oggi divenuta dogma – che l’economia è un ambito separato e immodificabile e avrebbe svelato il volto di un capitalismo in grave crisi di consenso e, al fine, incompatibile con la democrazia.

5)  In un lavoro che è scarso e parcellizzato, si può ancora immaginare un fronte comune per la “classe operaia”?
La solidarietà di classe è tanto più indispensabile in un contesto come quello presente. Fu Marx stesso a mettere in risalto quanto la contrapposizione tra i proletari autoctoni e quelli stranieri – oltretutto discriminati – fosse un elemento essenziale del dominio economico e politico delle classi dominanti. Vanno di certo reinventate nuove modalità di conflitto e di organizzazione politica e sindacale, ma senza un fronte comune degli sfruttati si profila un orizzonte di guerra tra poveri e competizione sfrenata tra gli individui.

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“Rileggere Marx per battere sovranismi e populismi”

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Alfonso M. Iacono, Il Tirreno

Studiare ancora Marx

Frammentazione delle aziende, microfisica del loro potere dispotico, ideologia dell’individuo imprenditore di se stesso, applicazione del modello aziendale nelle scuole, nelle università, nei sistemi sanitari e nelle istituzioni, smantellamento dello stato sociale, imposizione della precarietà nel lavoro a cui si accompagna il senso estetico di una vita che vuole fermare il tempo in quanto non ha futuro né passato, illudendosi che il presente si identifichi con l’eternità, tutto questo è stato chiamato da Mark Fisher (che lo aveva mutuato a sua volta da altri), in ironica opposizione al realismo socialista, il realismo capitalista.
La caduta del muro di Berlino e la fine dei paesi, appunto, a cosiddetto socialismo reale sono stati una liberazione anche per gli studi su Marx. L’anno 2008, l’anno della grande crisi economica, è stato anche la verità del realismo capitalista e ha significato la necessità di ritornare alle analisi che Marx aveva dato del capitalismo e delle sue contraddizioni. Nel 2017 in tutto il mondo si sono celebrati i 150 anni dell’uscita del capolavoro marxiano con convegni, nuovi studi e nuove ricerche e l’anno scorso per i 200 anni della sua nascita è stato altrettanto. Il capitalismo è mutato almeno a partire dagli anni ’80 del secolo scorso, ma rafforzando e portando alle estreme conseguenze le sue stesse premesse. Per questo l’analisi di Marx resta importante e ancora di più se si vuol cercare di ripensare un’alternativa al neoliberismo imperante e inquietante. Inoltre, la pubblicazione di inediti e manoscritti non ancora ben conosciuti, ci permette di cogliere in Marx e nelle sue opere un pensatore, per così dire, del non finito. Egli ha scritto assai di più di quanto ha pubblicato, perché teso a cogliere in modo forse ossessivo il rapporto tra la teoria e gli eventi storici, senza mai natulmente abbandonare la teoria, ma mettendola in confronto critico costante con ciò che accadeva nel mondo e con la riflessione sui modi di una possibile alternativa al sistema che però fosse assai ben radicata nelle condizioni che la storia offriva. In un bel libro uscito l’anno scorso, Marcello Musto ricostruisce la biografia dell’ultimo Marx (Karl Marx. Biografia intellettuale e politica. 1857-1883, Einaudi, Torino 2018, pp. 329), cioè dal periodo in cui appronta i suoi studi per la pubblicazione de Il capitale fino alla morte, e lo fa, mescolando intelligentemente aspetti della vita personale di Marx con aspetti della sua ricerca anche alla luce di manoscritti spesso, come si è detto, non molto visitati dagli studiosi. Fa notare l’interesse per le società extraeuropee e per gli studi di antropologia, per le forme di proprietà collettiva non controllate dallo Stato, per un’idea di associazione di lavoratori che non limitasse la libertà degli individui.
L’8-10 maggio l’Università di Pisa organizza un convegno su Marx che ha per titolo Marx 201. Ripensare l’alternativa (il 201 vuole indicare che si va oltre il bicentenario della sua nascita per continuare a rifletterci e a discuterne) a cui parteciperanno studiosi di 14 paesi provenienti da tutto il mondo. Il convegno è patrocinato dall’Università di Pisa, dalla Regione Toscana, dal Dipartimento di Civiltà e Forme del Sapere e si svolgerà presso il Polo Carmignani in piazza dei Cavalieri. L’ingresso è libera e aperto a tutti.

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Journalism

Le contraddizioni della società in una riflessione evergreen

Il ritorno a Marx, verificatosi dopo la crisi economica del 2008, è stato contraddistinto dalla riscoperta della sua critica dell’economia.

Da allora in poi, in numerosi quotidiani, riviste, libri e volumi universitari, è stato da più parti osservato quanto l’analisi di Marx risultasse ancora indispensabile per comprendere le contraddizioni del capitalismo e i suoi meccanismi distruttivi.

Negli ultimi anni, però, sta emergendo un nuovo fenomeno: la riesplorazione del Marx politico. La stampa, nell’edizione tedesca MEGA², di manoscritti precedentemente sconosciuti e la pubblicazione di innovative interpretazioni della sua opera hanno aperto nuovi orizzonti di ricerca. Testi inediti e nuovi studi teorici pongono in risalto, con maggiore evidenza rispetto al passato, quanto Marx sia stato un autore capace di esaminare le contraddizioni della società capitalista su scala globale e ben oltre il conflitto tra capitale e lavoro. Non è azzardato affermare che, tra i grandi classici del pensiero politico, economico e filosofico, Marx sia quello il cui profilo è maggiormente mutato nel volgere del XXI secolo.

Ripensare l’alternativa con Marx
Smentendo quanti hanno assimilato la concezione marxiana della società comunista al mero sviluppo delle forze produttive, le ricerche intraprese hanno evidenziato la rilevanza che Marx assegnò alla questione ecologica. Egli denunciò, ripetutamente, che l’espansione del modo di produzione capitalistico avrebbe causato non solo un aumento della rapina del lavoro degli operai, ma anche delle risorse naturali. Marx si interessò diffusamente anche di migrazione. Dimostrò come le migrazioni forzate, generate dal capitalismo, costituissero un elemento rilevante dello sfruttamento della borghesia e che soltanto la solidarietà di classe tra proletari, indipendentemente dalla loro provenienza, senza alcuna distinzione tra la mano d’opera locale e quella importata, fosse la chiave per combatterlo.
Marx si occupò in modo approfondito di molte altre tematiche, sottovalutate, quando non ignorate, da molti dei suoi studiosi e che rivestono cruciale importanza per l’agenda politica dei nostri giorni. Tra queste figurano la libertà individuale nella sfera economica e politica, l’emancipazione di genere, la critica dei nazionalismi, le forme di proprietà collettive non controllate dallo Stato.

Inoltre, Marx intraprese accurate indagini sulle società extra-europee e si espresse con nettezza contro il ruolo distruttivo del colonialismo. È in errore chi scrive il contrario. Marx criticò i pensatori che, sebbene biasimassero le nefaste conseguenze generate dal colonialismo, nelle loro analisi sulle periferie del mondo utilizzarono le categorie interpretative proprie del contesto europeo. Mise più volte in guardia contro quanti omologavano fenomeni tra loro distinti e manifestò una forte diffidenza, soprattutto in seguito agli avanzamenti teorici conseguiti negli anni Settanta, verso la traslazione di medesime categorie interpretative in ambiti storici e geografici del tutto differenti. Tutto ciò è stato ormai comprovato, nonostante lo scetticismo ancora in voga in alcuni ambienti accademici.

A 30 anni dalla caduta del Muro di Berlino, oggi diventa, dunque, possibile leggere un Marx molto diverso da quello dogmatico, economicista ed eurocentrico a lungo sbandierato. Certo, nell’imponente lascito di Marx è possibile rinvenire affermazioni nelle quali si legge che lo sviluppo delle forze produttive conduce alla dissoluzione del modo di produzione capitalistico. Tuttavia, sarebbe errato attribuirgli la tesi che il socialismo si sarebbe realizzato come fatalità storica. Per Marx, al contrario, la possibilità della trasformazione sociale dipendeva dalla classe lavoratrice e dalla sua capacità di determinare, attraverso la lotta, rivolgimenti sociali e la nascita di un sistema economico-politico alternativo.

Comunismo come libera associazione
In discontinuità con l’assimilazione tra comunismo e “dittatura del proletariato”, propagandata da molti “socialismi reali”, andrebbero reindagate anche le riflessioni di Marx sulla società comunista. Questa fu da lui definita come “un’associazione di liberi esseri umani”. Se il comunismo ambisce a essere una forma superiore di società, deve rendere possibili le condizioni per il “pieno e libero sviluppo di ogni individuo”.

Nel Capitale, Marx disvelò la menzogna dell’ideologia borghese. Il capitalismo non è l’organizzazione sociale nella quale gli esseri umani, protetti da norme giuridiche imparziali, in grado di garantire loro giustizia ed equità, godono di vera libertà e vivono in una compiuta democrazia. In realtà, essi sono degradati a meri oggetti, aventi la funzione primaria di produrre merci e il profitto altrui.

Per ribaltare questo stato di cose non basta modificare la redistribuzione dei beni di consumo. Occorre mutare alla radice gli assetti produttivi della società: “i produttori possono essere liberi solo quando sono in possesso dei mezzi di produzione”. Pertanto, secondo Marx, l’obiettivo della lotta del proletariato deve essere la restituzione di questi alla comunità. Ciò consentirebbe, anche grazie alle potenzialità emancipatrici della tecnologia, la realizzazione di uno scopo fondamentale del comunismo: la diminuzione dei tempi di lavoro e il conseguente innalzamento delle capacità, delle doti creative e del godimento degli individui. Il modello socialista al quale guardava Marx non contemperava uno stato di miseria generalizzata, ma il conseguimento di maggiore ricchezza collettiva e soddisfacimento dei bisogni.

Marx osservò anche che, nel modo di produzione comunista, “la proprietà privata del globo terrestre da parte di singoli individui sarebbe apparsa così assurda quanto quella di un essere umano da parte di un altro”. Egli espresse la sua critica più radicale verso l’idea di possesso distruttivo insita nel capitalismo, ricordando che la società non è proprietaria dell’ambiente. Essa ha “il dovere di tramandare il mondo in condizioni migliori alle generazioni successive”.

Oggi la sinistra non potrebbe, naturalmente, ridefinire la sua politica in funzione di quanto scritto, oltre un secolo fa, da Marx. Non deve, però, commettere l’errore di dimenticare la chiarezza delle sue analisi e non utilizzare le armi critiche che esse ci offrono per ripensare, in modo rinnovato, a come costruire una società alternativa al capitalismo.

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Interviews

Labour Rights and Globalization

は適当ではない」「国民に広く平等に官職を公開し最も能力・適正の面から優 れた者を公正に任用することが求められる」などとして、公募要件を撤廃し ようとしていません。
しかし、「期間業務職員の公募にかかる全労働の見解」でも明らかになって いるように、公募によらずに専門性の高い非常勤職員の雇用を更新すること は、成績主義や平等取扱いの原則には反しませんし、逆に道理にかなってい ると言えます。円滑な公務運営や職員の健康にまでも悪影響を及ぼしている 期間業務職員の機械的な公募は廃止すべきです。
ひきつづき、国で働く非正規労働者の雇用の安定と労働条件改善にむけて、 一層とりくみを強化していくことが求められています。

イタリアと日本の労働運動を
マ7レクス研究者と考える
マルチェロ・ムスト
ヨーク大学准教授。1976年生まれ。著書に『アナザーマルクス』『ラ ストマルクス』他。
聞き手九後健治国公労連書記長

ムスト お招きいただいてありがとうございます。私は自分の著作をアカデ ミック以外の人たちにも広げていけるように世界各国で刊行しています。特 に社会運動とか労働運動に対しても訴えかけていくようなことが重要で、本 日、国公労連に来られたことも私にとってすごく重要です。
そのように考える理由は2つあって、1つは政治的な考えとして国際的に やっていくことが重要であるということです。グローバルな問題は国際的に 協力していかないと解決できないからです。私が最新刊の『アナザー・マル クス』で一番、力を入れて書いたのは、マルクスが第1インターナショナル の創始者であったということに関してなんです。
もう1つは個人的な理由で、私の母は労働組合のリーダーをやっていて、5 歳とか子どものときからこういった会議室で運動に関わっていたんです。み んな大人が会議している横で絵を描いていたりしたんですけど(笑)、ときに は工場労働者のひげ面でガタイのいい人が自分を膝の上に乗せて「資本家が 何とか…」みたいな話をしていました。そういった環境で育って、大きくな ったら自分もそういったことをやりたいと思っていました。

ー日本ではあまり子どもを連れて会議に来る方は少ないので、ぼくらからすると それ自体が貴重な経験だと思いますね。
厶スト 子どもを家に置いておくことができなくて連れてきたということで もあって、それは女性が活動する難しさでもありますね。
一そうですね。そのイタリアの労働組合、労働運動はどのような状況でしょうか。
ムスト イタリアは3つ大きなナショナル・センターがあって1つは共産党 系の労働組合で500万人以上の構成員がいます。2つ目がキリスト教民主系で 300万人。もう1つが2つの間に位置する中道左派的な労働組合で150万人。 イタリアは他の国に比べて労働組合員がとても多い国ですが、この20年間の 間にヨーロッパの中のどこの国でもそうですけど、どんどん組合員が減って きている状況です。
加えて労働組合が労働者からの信頼を失ってきており、それは労働組合が いま中道左派的なポジションにいるからです。中道左派が政府と近いところ におり、政府がヨーロッパの中ではかなりひどいネオリベ政策をやっている のに労働組合も賛同してしまっています。10年前の経済危機の後からヨー ロ ッパが支配階級のものになっていって、労働者階級の暮らしをよくしていく ものではなくなっていきました。ポピュリスト政党とか、反政府主義みたい なところが出てきて、左派も右派もやっていることが同じになってきていま す。それで労働組合に加入するということが自分たちのためにならないとか、 どうでもいいこととなってしまった。
今日ではマルクスの時代と違ってもっと難しくなっていて、例えば本国に ある工場を閉鎖しても、もっと賃金の安い地域に工場をつくって、より低い 賃金で物が生産できるようになっています。これがいまカール・マルクスに 戻ることの重要性で、マルクスは150年以上前にこういった状況についても書 いているからです。マルクスに戻るということは労働者の主体性に立ち戻る ということです。
その上でヨーロッパないし世界的に労働組合にとっての困難が2つありま

す。1つは労働者階級の状態が大きな工場にみんなが集まるような状況では なくなってきていたり、契約の種類が複雑化してバラバラな契約の下で働い ているため、労働者を組織したり動員したりすることが難しくなってきてい ます。
もう1つの問題は右派政党の政策が移民を使って労働者を分断させようと しているということです。人種差別主義的な政策をとる政党は、労働者の賃 金が安いのは移民や難民がやってきているからだといいますが、実際は移民 が押し寄せてきているということ自体はそんなに大きな問題ではなく、労働 者と困窮者を戦わせるようになってきているということが問題で、これも労 働組合が移民労働者を一緒に組織することを難しくしている要因です。
また、ここ十数年かは労働組合が政党と強い結びつきを持っており、労働 組合にとってすごくマイナスなことになっています。結びついている政党が 政権を取っても、マーストリヒト条約がネオリベラルな政策を推進させるよ うになっているため、そうした政策をとる政権に労働組合が従う状況となり、 労働組合の信頼の喪失につながってしまったのです。マルクスはそれとはつ きりと違うものをつくり出そうとしていました。マルクスは労働組合という のは完全に政党から切り離されてなければならないと書いています。労働組 合は労働者階級とか、人間の生活状態を改善することに役立たなければいけ ないわけです。政府が中道左派であろうと右派であろうと、労働組合は完全 にそこから切り離されていなければいけない。これがこの間の教訓であると 思います。
公務員はヨーロッパでもものすごい攻撃にさらされていますね。先ほどの 移民と同じ形で、労働者同士が敵対させられています。私企業の労働者と公 的企業や公務員を対立させるわけです。ネオリベ側のプロパガンダとしては、 公務員労働者は怠惰、怠慢であると攻撃してきます。「公務員たちは国家の仕 事があるからとてもラッキーだね」「公務員労働者のせいで国全体が機能しな くなっているんだ」と。たしかに過去を見てみると、実際に公務員労働者は いい額の給料をもらっていたこともあります。しかし2008年の経済危機以降、

多くのヨーロッパの政府が財政危機に陥るようになり、インフラで物価は上 昇しているのに公務員労働者に対してより多くの賃金を払わないようにして います。
ーそれは聞けば聞くほど全く日本も同じだと思います。民間労働者というよりも 国民全体から公務員バッシングが強いですし、給料もそうですが、人件費とい う意味で人を減らせという声がけっこうあるんですね。その結果、いわゆる非 正規の公務員、それは1年契約が基本ですけど、1年契約の公務員が相当増え ていたりですとか、仕事そのものを民間に委託をするというのが増えています。 行政サービスの質も落ちていると思います。
ムスト 公共交通機関の労働者も同じ状況にありますね。民営化されて値段 が上がって、お金をちゃんと使わないのでものすごいトラブル、最大級の卜 ラブルが起きることもある。
—ヨーロッパでは水道など民営化したものをまた再公営化をするという話も聞き ますが。
ムスト 確かに民営化に対する批判はありますが、いったん民営化をして、そ れを実際に公共セクターに戻してくるのは難しいです。その一方で銀行は破 綻したら国有化する。「資本家というのは民営化を進めたがるけれども、債務 はどんどん公営化したがる」というマルクスのおもしろい警句があります。
水は少し違う感じで、最後の公共のものというところもあり、みんなが強 く抵抗して公共セクターにとどめようとしていました。これはヨーロッパだ けではなくて南アメリカでも同じ状況があると思います。ボリビアのコチャ バンバでは水の民営化に対してものすごく強い反対闘争が起きました。これ が革命的・改革的な運動の始まりで、エボ・モラレスを大統領にするのにつ ながっていきました。水の民営化に対する闘争というのが地域のコミュニテ イを守っていくことにもつながっていっています。
問題は2つあって、1つはヨーロッパのマジョリティーが右派になってき ています。もう1つは、経済が完全に政治を圧倒している状況が広がってい ます。社会政策の方針も変えられない。なぜかと言うと、ELFから経済政策の 方針はこうしろと言われているからで、、公営化や新しいサービスをつくるに

もお金が要りますが、そのお金がそもそも確保されておらず、ずっとできな
い状況が続いています。
一そうした世界の状況に対して、日本の労働組合には何が求められていると思い ますか。
ムスト 正確な状況はわからないので何とも言えないんですけど、もし方針
や資料が英語で読めるのであれば、今度ぜひ見たいです。
いま労働組合にできることというのは、世界中で広がっている労働者同士 の競争と労働者間の分断状況を引っくり返していくようなことをどんどん示 していくことです。
欧米の資本家は「おまえらは日本人みたいに働け」と言うんです(笑)。も し日本の状況が変われば、私は「君たちは日本人みたいに連帯するのがいい んだ」と言うことができるようになります。ただ、これはすぐに実現するの が難しいのはわかっています。
ー課題は幾つかあって、1つはさっきの労働者同士の競争という部分ですね。こ れが日本でもけっこう顕著になってきているという議論もあって、例えば公務 員の世界でも人事評価制度というのが入っています。そういう状況に加えて正 規と非正規という階層もあって、なかなか連帯をしようというふうになりにく い。まずはそこからだとは思います。
もう1つは、日本の労働組合は企業内労働組合なんです。だから社会的な問 題というのがなかなか共有化できないし、自分たちが抱えている問題を社会的 な問題にしにくいというのもあると思います。そこをどう打ち破っていくかが 課題かなというふうに思います。
私たちはさきの国会のときに「働き方改革」に対抗するために「ヨーロッパ のように人間らしく働こう」ということを宣伝していたんですけど(笑)、実 際はネオリベの攻撃でヨーロッパの人たちの働き方も、日本みたいに過労死が おきたりしているのでしょうか。
ムスト ヨーロッパでもどんどん悪くなっている状況です。でも世界的に見
ればまだいいほうです。
一番重要なのは、会社ごとに分断されていない労働組合があって、昔の労 働者たちがやっていたことを振り返ることです。同じことをやれというので はなく、そこからアイデアをもらって生き返らせるという意味で。

私の本に関して言っておきたいのは、資本主義について書かれていること が重要である、社会を変えていくために理論というのが重要であるというこ とです。理論は他にもたくさんあるのですが、多くがかなり小さい狭いとこ ろしか見てなくて、全体を見るようなものがほぼない。これだけ高度な技術 を持つようになったグローバル化社会の中で、小さい問題だけを見ていても 問題を解決することはできません。
これからもいろいろと連絡を取り合って、国際的な連帯をするために一緒 に仕事をしましょう。
ーこちらこそ貴重なお話をお聞かせいただいてありがとうございます。改めて厶 ストさんの問題意識や現状認識はわれわれと近いと感じました。ご著書でもま た勉強もさせていただきたいなと思います。ありがとうございました。