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Juan Dal Maso, La Izquierda Diario

Hay libros cortos que son grandes libros. Tal es el caso de Karl Marx 1881-1883. El último viaje del Moro, de Marcello Musto.

El original en italiano fue publicado en 2016 por Donzelli Editore y la versión en castellano salió por Siglo XXI México este año, con traducción de Agustín Santella.

El texto tiene 184 páginas y su autor es un reconocido especialista en la obra y vida de Marx.

Este libro tiene particular importancia para el público latinoamericano porque se refiere a un momento de la trayectoria de Marx en el que este abordó directamente problemas relacionados con cuestiones que se discuten en nuestro subcontinente dentro y fuera del marxismo: la relación entre el marxismo y los países periféricos, la relación entre la clase obrera y otros movimientos o sectores populares, la interpretación del marxismo como supuesta “filosofía de la historia” de corte “eurocéntrico”, entre otras.

Pero más allá de esa peculiaridad, vale leerlo por su apuesta global. Musto propone revalorizar el trabajo del último Marx. En esto se diferencia de algunos de sus principales biógrafos dentro del marxismo –como Mehring o Riazanov– que consideraron poco productivo teóricamente el período de sus últimos años.

El primer capítulo del libro presenta a Marx en su casa ubicada en Maitland Park Road 41, en un barrio periférico londinense. Libros por todas partes y un aparente desorden cuya lógica sin embargo era clara para Marx, que siempre encontraba lo que buscaba, para seguir trabajando. En ese momento, tenía en preparación el Libro segundo de El Capital, que finalmente fue publicado de manera póstuma por Engels. La casa era un lugar de encuentro para numerosos personajes relacionados con el movimiento socialista, encuentros que se fueron apagando en la medida en que empeoraba la salud de Marx y la de su esposa Jenny.

Musto destaca el estudio por Marx de una serie de obras, del cual dejó testimonio en sus Cuadernos antropológicos (también conocidos como Cuadernos o apuntes etnológicos). Aquí se destacan las reflexiones de Marx sobre el libro de Lewis Morgan La sociedad antigua, las cuales fueron retomadas luego por Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Junto con este libro, también comentó Java, o cómo administrar una colonia de James Money, El poblado ario en India y Ceylan de John Phear y Lecciones sobre la historia antigua de las instituciones de Henry Maine.

Musto subraya que las reflexiones de Marx sobre estos textos, especialmente sobre el de Morgan, estaban orientadas a la búsqueda de una ampliación de los conocimientos sobre áreas geográficas y tiempos históricos distintos de la historia reciente europea. A través de este estudio, Marx pretendía profundizar la crítica de la economía política.

Entre la publicación del Libro primero de El Capital y estas lecturas, Marx había prestado especial atención al libro de Kovalevski La propiedad común de la tierra (1879), de modo tal que con nuevos materiales intentaba avanzar en una comprensión más profunda de la historia de los modos de producción anteriores al capitalismo. En ese contexto, resultaba muy significativa la investigación de Morgan, que cuestionaba la familia patriarcal como forma originaria de organización social. Retomando la importancia de la gens estudiada por Morgan, cuyo “linaje” se definía por línea materna, Marx criticaba los planteos de Maine en sus Lecciones, tildándolo de “estúpido inglés” por naturalizar la familia patriarcal. En la perspectiva de Marx, este tipo de organización familiar se asociaba directamente con la servidumbre primero y con la propiedad privada moderna después. También cuestionaba el fetichismo de Maine en relación con el Estado, señalando que el Estado era una excrecencia del desarrollo social, aparecida en determinado momento de la historia y destinada a desaparecer cuando la sociedad humana lograse nuevos grados de desarrollo, superando la división en clases.

De Morgan destacó Marx la cuestión de la paridad entre hombres y mujeres, así como sus reflexiones sobre la decadencia de la sociedad moderna dominada por la propiedad privada y el Estado y su utopía de una suerte de retorno (en otras condiciones) a las formas antiguas de organización social. La perspectiva de Marx era diferente, en tanto no pretendía volver a un pasado idealizado, sino revolucionar la sociedad actual para dar lugar al desarrollo de un modo de producción que superase las contradicciones de clase y creara condiciones para la supresión de las diferencias por raza y género, que Marx consideraba necesario combatir de manera permanente para que la clase trabajadora pudiera ser independiente de la burguesía. Recordemos que ya en sus Manuscritos de 1844 había planteado que la situación de la mujer en relación con el hombre debía ser tomada como medida del progreso de la sociedad (idea ya presente en el socialista utópico Fourier). Posteriormente, la cuestión de la subordinación de la mujer al hombre había sido retomada por Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, como un primer antecedente de la lucha de clases, reflexión que completaba las de Marx en sus apuntes.

Marx había anotado varios insultos en los momentos en que Maine realizaba comentarios racistas, pero es sobre todo en torno al libro de Phear que analizó los perjuicios generados por la presencia europea en Asia.

La cuestión de las posiciones de Marx sobre el colonialismo ha sido muy discutida, especialmente en América Latina, donde las corrientes nacionalistas burguesas intentaron presentar reiteradamente a Marx como un apologista de la expansión colonial. Se basaron en su primera evaluación de la colonización de la India como algo humanamente reprobable pero históricamente necesario (1853). Pero olvidaron casualmente los posicionamientos posteriores de Marx en apoyo a la lucha de los pueblos de la India y China contra los británicos (1857). Musto expone con sencillez y claridad lo insostenible de estas acusaciones.

Prosigue Musto señalando el interés de Marx por las matemáticas, que lo llevó al estudio del análisis matemático y el álgebra, del cual surgieron unos apuntes que quizás no impliquen ninguna contribución especial a la materia, pero testimonian el interés multidisciplinario de Marx y su intento de darle base científica a sus investigaciones económicas, tanto desde el punto de vista empírico como de las demostraciones lógico-matemáticas.

El segundo capítulo rescata los análisis de Marx sobre la comuna rural rusa. Recordemos que ante la consulta de Vera Zasulich, Marx había respondido que no veía razones para transformar la explicación de la acumulación originaria capitalista desarrollada en el cap. XXIV del Libro primero de El Capital en un esquema por el cual tuvieran que pasar todos los países. Particularmente sobre la comuna rusa, señalaba que había una diferencia sustancial entre el paso de una forma de propiedad agraria comunal a otra privada y de una pequeña propiedad privada a una gran propiedad (como había ocurrido en el caso de los campesinos del Reino Unido). A su vez destacaba que, habiendo sobrevivido hasta el desarrollo del capitalismo moderno en Occidente, la comuna rusa podía valerse de los adelantos técnicos para superar las dificultades a que la sometía el régimen zarista. De este modo, Marx no descartaba que en Rusia pudiera pasarse de la comuna campesina a una forma de colectivización socialista.

El debate sobre este tema ha estado presente en América Latina por varias razones. Una de ellas es que uno de los principales marxistas del subcontinente, José Carlos Mariátegui, planteó algo muy parecido sobre la comunidad indígena en el Perú, sin haber conocido la posición de Marx (la carta se publicó en ruso por primera vez en 1926). La otra surge de los debates sobre Marx y América Latina, donde se destaca la intervención de José Aricó, rescatando las mismas lecturas realizadas por Marx sobre las que Musto llama la atención, aunque sin entrar tan en detalle como Musto en su análisis específico [1]. Por último, es tema de discusión reciente a partir de las intervenciones de Enrique Dusell y más en general por el cuestionamiento realizado por la llamada corriente “decolonial” contra el supuesto “eurocentrismo” de Marx como individuo y del marxismo como teoría. Estos debates fueron retomados también en la Argentina por autores marxistas como Néstor Kohan y Ariel Petruccelli. Este último aborda el tema en un libro reciente, titulado Ciencia y utopía en Marx y en la tradición marxista (2016), en el que realiza un análisis minucioso de estos intercambios de cartas entre Marx y Vera Zasulich, así como de los intercambios de cartas entre Engels y Danielson, rescatando la posición de Marx en términos de una lectura sobre la posibilidad de una revolución socialista en Rusia, saliendo de cualquier esquema etapista o teleológico.

Musto reivindica los análisis de Marx como parte de su interés por conocer otras realidades históricas y geográficas que le permitiesen entender la realidad del capitalismo, pero también como un posicionamiento político a favor de los revolucionarios rusos, a los que apoyaba más allá de las cuestiones estrictas de programa o estrategia, por considerar que Rusia y el Reino Unido eran los baluartes de la reacción europea. Muestra que el análisis de Marx expresa una lectura del desarrollo histórico en términos multilineales y un interés por la comprensión de las realidades singulares, desde una lectura que buscaba articular lo más posible una comprensión de la totalidad, acorde con su concepción dialéctica.

Sin embargo, a diferencia de otras posturas, sostiene que Marx no fue un “orientalista” (en el sentido de adjudicar a los países asiáticos ciertas características peculiares de “atraso” pintoresco) ni hizo una suerte de “giro tercermundista” ni una ruptura con sus posiciones anteriores. Propone leer la posición de Marx en términos de un desarrollo de sus elaboraciones precedentes. Para fundamentar su interpretación, recuerda que Marx nunca dejó de lado la idea del proletariado moderno como sujeto revolucionario (lo cual se puede constatar en sus críticas al libro de Bakunin Estado y Anarquía de 1875). A su vez, destaca que Marx sostenía la ligazón de la revolución en Rusia con la revolución europea lo cual estaba planteado en su prólogo de 1882 a la edición rusa de El Manifiesto del Partido Comunista, escrito con Engels (cuestión que en la carta a Zasulich no estaba abordada exactamente en los mismos términos, sino sobre todo señalando la importancia de que la comuna rusa tomase la tecnología de Occidente).

El tercer capítulo aborda las vicisitudes de Marx, su compañera Jenny von Westphalen y sus hijas, mostrando las penurias a las que estuvieron sometidos, más por los problemas de salud y la muerte de Jenny que por la precariedad económica (que también marcó su existencia pero frente a la que contaron siempre con la colaboración incondicional de Engels). Asimismo analiza las dificultades para la difusión de El Capital en Europa, los debates con los socialistas británicos, alemanes y franceses. Con estos últimos Marx había discutido y elaborado un “Programa electoral de los trabajadores socialistas” (1880) que figura como apéndice del libro, en el cual resumía los objetivos comunistas ligándolos a ciertas reivindicaciones inmediatas como la limitación de la jornada laboral, la libertad de prensa, la abolición de los impuestos que afectan los salarios, la anulación de la deuda pública y otros. En relación a los problemas de programa y estrategia, Musto destaca el rechazo de Marx a presentar planteos predeterminados por fuera de las situaciones concretas. También había rechazado la propuesta de “salario mínimo” de Lafargue, porque consideraba que le dejaba servida en bandeja a la burguesía la posibilidad de “transformar el mínimo en máximo”. De una discusión con el socialista holandés Nieuwenhuis, el autor rescata la idea en Marx de la revolución como un proceso “largo y complejo”. Si bien Musto repasa con exactitud las discusiones realizadas por Marx en ese momento (1881-1883) se podría ampliar un poco más el abordaje de la cuestión para profundizar en el conocimiento de las reflexiones políticas del último Marx. Podemos destacar que después de la Comuna de París Marx saca conclusiones sobre el problema del Estado, especialmente la necesidad de la clase trabajadora de destruir el aparato del Estado burgués una vez conquistado el poder, como sostiene en La guerra civil en Francia (1871) y en el prólogo a la edición alemana del Manifiesto del Partido Comunista de 1872. En el mismo sentido, sus críticas al Programa de Gotha (1875), especialmente sobre su concepción del Estado y su visión reformista del socialismo y las posiciones vertidas junto con Engels en la circular de 1879 a Bebel, W. Liebchneckt, Bracke y otros. En esa carta, ambos amigos fustigaban a Bernstein y otros socialistas alemanes por su posición de diluir el carácter obrero del partido y transformarlo en un partido de la democracia burguesa, alejado de la lucha de clases e incluso opuesto a ella. En síntesis, entre 1872 y 1882, podemos decir que Marx hizo mucho hincapié en una definición rigurosa de las tareas de la revolución frente al Estado, en la defensa del carácter proletario del partido y del método de lucha de clases y en el marco de que no avizoraba una revolución inminente, propugnó la táctica de la intervención electoral.

Durante la enfermedad de Jenny, Marx elaboró una cronología histórica que iba desde el año 91 AC hasta la Paz de Westfalia que había dado fin a la Guerra de los Treinta Años en 1648. Desde la antigua Roma pasando por el Imperio carolingio, las ciudades-estado italianas, las Cruzadas, la república florentina y las guerras de religión europeas, Marx prestó especial atención a los cambios en las formas del Estado. La muerte de Jenny el 2 de diciembre de 1882 fue un golpe irremontable para Marx, que además de los crecientes problemas de salud (especialmente problemas respiratorios) se había quedado sin su compañera de toda la vida.

Las últimas páginas del libro recuerdan un insólito viaje de Marx a Argelia, permaneciendo en Argel durante 72 días entre febrero y mayo de 1882. Lo insólito del viaje tiene que ver con sus pésimos resultados. Destinado a servir como una experiencia que mejorase su estado de salud, finalmente le impuso nuevos sufrimientos porque, a contramano de los pronósticos que habían entusiasmado a Engels para impulsar a su amigo a realizar el viaje, el tiempo fue pésimo y el invierno muy frío. En la correspondencia escrita desde Argel, Marx expresa simpatía por el pueblo argelino y observa con mucha atención las diferencias de costumbres con Europa occidental, así como los elementos de hibridación entre las dos culturas producto de la colonización francesa. De vuelta hacia Francia y luego hacia Inglaterra, pasó por Montecarlo y retrató con ironía y cierta perplejidad las costumbres y los personajes que campeaban por esa ciudad en la que todo giraba alrededor del Casino, llena de aventureros y ricachones.

La muerte de su hija Jenny en enero de 1883 y su muerte en marzo del mismo año cierran el relato de las vicisitudes de un hombre que alguna vez dijo que la felicidad estaba en la lucha y que su obra El Capital iba a ser un golpe en el plano teórico del que la burguesía no se recuperaría jamás.

El texto de Musto recoge estas y otras peripecias, con un nivel de detalle destacable, tanto que podemos imaginarnos a Marx leyendo a Esquilo o a Cervantes o mirando con desconfianza a Kautsky (“es inteligente pero tiene el tipo del filisteo” había dicho) o encorvado sobre pilas de libros de economistas y sociólogos rusos. Al mismo tiempo, reconstruye con mucha empatía sus relaciones afectivas, sus preocupaciones, su angustia por no poder estar trabajando a tiempo completo por la causa de la clase trabajadora y el pueblo. Pero también expone la fuerza de un pensamiento que incluso en las peores circunstancias fue capaz de encontrar nuevas puntas para tirar del hilo, pensar la historia, la política y las iniciativas prácticas necesarias para la lucha revolucionaria.

En síntesis, un libro de mucha actualidad para pensar las potencialidades del marxismo, de cara a una nueva crisis histórica del capitalismo.

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Valdemar Cruz, Expresso

No dia 5 de janeiro de 1879, o jornal “The Chicago Tribune” publicava uma entrevista com o filósofo alemão Karl Marx (1818-1883).

Ja com 61 anos, Marx deixa uma resposta lapidar e premonitória: “Se eu fasse responder a tudo o que foi dito e escrito sobre mim, teria de contratar 20 secretários.” Lon­ge de ser ditada por sobranceria, a frase revela, antes de mais, a essencial noção do quanto, jà então, o seu pensamento era deturpado e manipulado, como continuou e continua a suceder, não obstante o renovado interesse e estudo dos seus conceitos teóricos. Embora se circunscreva aos últimos anos de vida de Marx, num arco temporal situado en­tre 1881 e 1883, quando sucumbe à sua própria doença e após dois anos mar­cados por dramas familiares, problemas económicos e a morte da mulher e companheira de luta, a ativista Johan­na von Westphalen, o livro do italiano Marcello Musto e um bom ponto de partida para uma viagem por algumas componentes do universo marxista. Centrado nos dois últimos anos de vida do filósofo, um período sobre o qual ha a tendência para acolher a ideia de um Marx menos produtivo e incisivo, esta pequena biografia põe em evidencia o modo como, ate naquele período difícil do ponto de vista pessoal, este não deixou de estender as suas investiga­ções aos mais diverses domínios. Com base em manuscritos pouco conhe­cidos, Musto mostra como o autor de “O Capital” passa a interessar-se pela matemática, pela antropologia, pelas particularidades do mundo árabe e até pelas questões do colonialismo euro­peu. Musto inclui ainda entrevistas com Eric Hobsbawm (1917-2012), um dos mais reputados historiadores marxistas ingleses, membro do PC da Grã-Bre­tanha desde 1931 ate a sua extinção em 1991, e com Immanuel Wallerstein (1930-2019), um dos mais influentes sociólogos dos EUA e membro do “Gang of Four”, grupo de academicos dedicados ao estudo e abolição do capitalismo global.

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Sapo Mag

“Os Últimos Anos de Marx”: livro de Marcello Musto editado em Portugal

A publicação em Portugal da obra “Os Últimos Anos de Marx”, de Marcello Musto, com tradução de Rubens Enderie, foi anunciada na sexta-feira pela editora Parsifal.

“Este livro analisa as duas principais distorções feitas ao seu trabalho: por um lado, que Marx deixara de escrever no final da sua vida; por outro, que era um pensador eurocêntrico e económico, concentrado apenas no conflito entre classes”, escreve a editora, destacando os “últimos manuscritos e correspondência de Marx, em que que se diferencia da forma como tinha vindo a ser representado pelos seguidores e críticos [seus] contemporâneos”.
Nos últimos anos, Karl Marx (1818-1883) escreveu sobre as novas descobertas antropológicas, analisou diferentes modos de propriedade de bens em sociedades pré-capitalistas, apoiou o movimento populista na Rússia e criticou a opressão na Índia, Irlanda, Argélia e Egipto, recorda a editora.
O italiano Marcello Musto é professor de Teoria Sociológica na Universidade de York, em Toronto, autor ou coautor, editor e organizador de várias obras como “Another Marx: Early Manuscripts to the International”, “Ripensare Marx e i marxismi”, “Studi e Saggi” ou “Karl Marx. Biografia Intellettuale e Politica”.

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Journalism

Wajah Baru Marx Setelah Marx-Engels Gesamtausgabe (MEGA) (Bagian I)

I. Kebangkitan Marx
SELAMA lebih dari satu dekade terakhir, jurnal-jurnal dan surat kabar bergengsi dengan pembaca luas telah mendeskripsikan Karl Marx sebagai teoretikus dengan pandangan jauh ke depan yang relevansinya terus memperoleh konfirmasi.
Banyak pengarang dengan pandangan progresif mempertahankan pendapat mereka bahwa ide-idenya tetap tak tergantikan bagi siapapun yang meyakini pentingnya membangun alternatif terhadap kapitalisme. Hampir di manapun juga, ia kini menjadi tema dalam mata kuliah di universitas dan konferensi-konferensi internasional. Tulisan-tulisannya yang dicetak kembali ataupun disusun dalam edisi-edisi baru telah muncul lagi di rak-rak toko buku, dan studi atas karyanya, setelah diabaikan selama dua puluh tahun lebih, telah mendapatkan momentum yang terus meningkat. Tahun 2017 dan 2018 menyaksikan intensitas yang lebih jauh lagi dari “kebangkitan Marx” ini, berkat banyak inisiatif dari berbagai penjuru dunia terkait dengan peringatan 150 tahun penerbitan Kapital dan dua abad kelahiran Marx.
Ide-ide Marx telah mengubah dunia. Namun meski teori-teorinya telah diafirmasi, bahkan menjadi ideologi dominan dan ajaran negara di banyak tempat pada abad ke-20, belum ada edisi lengkap dari seluruh karya dan manuskripnya. Alasannya terletak pada sifat karya-karya Marx yang tidak lengkap; tulisan-tulisan yang ia terbitkan terhitung jauh lebih sedikit daripada tulisan-tulisan yang tidak ia selesaikan, belum lagi catatan-catatan Nachlass yang menggunung terkait dengan penelitian-penelitiannya yang tidak ada habisnya. Marx meninggalkan lebih banyak naskah daripada yang ia kirim ke percetakan. Ketidaklengkapan adalah bagian tak terpisahkan dari hidup Marx: kemiskinan yang acapkali mewarnai hidupnya, kondisi tubuhnya yang sakit-sakitan, ditambah kecemasan-kecemasan harian; metodenya yang ketat dan otokritik tanpa ampun semakin menambah kesulitan hidupnya. Lebih-lebih, hasratnya akan pengetahuan tak pernah surut dan mengantarkannya pada studi-studi baru. Namun, kerja tanpa hentinya membawa konsekuensi-konsekuensi teoretis yang luar biasa bagi masa depan.
Materi yang sangat berharga untuk mengevaluasi kembali pencapaian Marx adalah lanjutan penerbitan Marx-Engels Gesamtausgabe (MEGA) pada tahun 1998, yaitu edisi historis-kritis karya lengkap Marx dan Friedrich Engels. Lebih dari dua puluh delapan volume telah muncul (empat puluh lainnya telah diterbitkan antara 1975 dan 1989), dan volume-volume lainnya sedang dipersiapkan (untuk lebih detilnya lihat artikel saya “Kembalinya Sang Raksasa”, IndoProgress, 3 September 2018). MEGA disusun dalam empat bagian: (1) seluruh karya, artikel, dan naskah awal yang ditulis oleh Marx dan Engels (dengan perkecualian Kapital); (2) Kapital dan seluruh materi persiapannya; (3) korespondensi—terdiri atas 4.000 surat dari Marx dan Engels dan 10.000 yang ditujukan pada mereka, yang banyak di antaranya baru diterbitkan untuk pertama kalinya dalam MEGA; dan (4) catatan-catatan kecil. Bagian keempat ini menjadi saksi atas kerja-kerja Marx yang sangat ensiklopedik: sejak berkuliah di universitas, ia telah mengembangkan kebiasaan mengkoleksi catatan dari buku-buku yang ia baca, dan seringkali membubuhinya dengan refleksi-refleksi atas bacaan tersebut. Koleksi Marx ini mencakup dua ratus buku catatan. Koleksi ini esensial perannya untuk memahami asal-mula teorinya dan elemen-elemen yang tidak mampu ia kembangkan seturut rencana awal. Catatan-catatan yang tertinggal, dari 1838 hingga 1882, ditulis dalam delapan bahasa (Jerman, Yunani kuno, Latin, Prancis, Inggris, Italia, Spanyol, dan Rusia), dan merujuk pada disiplin-disiplin yang sangat beragam, seperti filsafat, sejarah seni, agama, politik, hukum, sastra, sejarah, ekonomi-politik, hubungan internasional, teknologi, matematika, fisiologi, geologi, mineralogi, agronomi, antropologi, kimia, dan fisika—mencakup bukan hanya buku-buku, surat kabar, dan artikel-artikel jurnal, tetapi juga catatan sidang parlemen dan laporan-laporan statistik pemerintah. Simpanan pengetahuan yang luar biasa ini, banyak di antaranya terbit beberapa tahun terakhir atau masih menunggu penerbitan, adalah situs pembangunan teori kritis Marx, dan MEGA telah membuka akses padanya untuk pertama kali.

II. Penemuan-Penemuan Baru tentang Asal-Mula Konsepsi Materialis atas Sejarah
Pada Februari 1845, setelah 15 bulan yang intensif di Paris yang krusial bagi formasi politiknya, Marx terpaksa pindah ke Brussels. Di sana ia diizinkan tinggal dengan syarat “tidak menerbitkan tulisan apapun tentang politik kekinian”. Selama tiga tahun yang dihabiskan di ibukota Belgia, ia terus mengejar studinya tentang ekonomi-politik dan berpikir untuk menulis, bersama Engels, Joseph Weydemeyer dan Moses Hess, suatu “kritik atas filsafat Jerman modern sebagaimana digambarkan oleh Ludwig Feuerbach, Bruno Bauer, dan Max Stirner, dan atas sosialisme Jerman sebagaimana dinyatakan oleh nabi-nabinya”. Hasilnya, yang kemudian diterbitkan dengan judul Ideologi Jerman, memiliki tujuan ganda: memerangi bentuk-bentuk mutakhir neo-Hegelianisme di Jerman, dan kemudian, seperti yang dinyatakan dalam surat Marx kepada penerbit Carl Wilhelm Julius Leske, “menyiapkan publik untuk memahami perspektif dalam karya saya tentang ekonomi, yang sangat bertentangan dengan keilmuan Jerman pada masa lalu dan sekarang”. Naskah ini yang ia kerjakan hingga Juni 1846 ini tak pernah tuntas, namun mampu membantunya memperoleh kejelasan yang lebih lagi—meski belum mencapai bentuk definitifnya—tentang apa didefinisikan Engels di hadapan publik luas empat puluh tahun kelak sebagai “konsepsi materialis tentang sejarah”.
Edisi pertama Ideologi Jerman (terbit pada 1932) dan juga versi-versi mutakhirnya yang hanya menyertakan sedikit perubahan dikirimkan kepada percetakan seperti sebuah buku yang telah tuntas ditulis. Secara khusus, para editor naskah yang sebenarnya belum selesai pekerjaannya ini menciptakan kesan keliru bahwa Ideologi Jerman mencakup bab pembuka tentang Feuerbach yang esensial perannya, di mana Marx dan Engels secara lengkap meletakkan hukum-hukum “materialisme historis” (istilah yang tak pernah digunakan oleh Marx). Menurut Althusser, ini adalah momen di mana mereka mengkonseptualisasikan “patahan epistemologis yang signifikan” dari tulisan-tulisan mereka sebelumnya. Ideologi Jerman segera menjadi salah satu teks filosofis terpenting di abad keduapuluh. Menurut Henri Lefebvre, buku tersebut meletakkan “tesis-tesis fundamental materialisme historis”. Maximilien Rubel berpendapat bahwa “naskah ini mengandung pernyataan yang paling jelas tentang konsep sejarah yang kritis dan materialis”. David McLellan juga berujar bahwa naskah ini “mengandung penjelasan paling detil dari Marx tentang konsepsi sejarah materialisnya”.
Karena volume I/5 dari MEGA, “Karl Marx – Friedrich Engels, Deutsche Ideologie. Manuskripte und Drucke (1845-1847)”, klaim-klaim seperti di atas kini bisa diredam dan Ideologi Jerman kembali dilihat sebagai karya yang tidak lengkap. Edisi ini—yang mencakup 17 naskah dengan total 700 halaman plus 1.200 halaman catatan kritis yang menyediakan banyak ragam dan koreksi dari pengarang, serta menunjukkan kesalingtergantungan bagian-bagiannya—menegaskan secara utuh karakter fragmentatif dari Ideologi Jerman. Kesalahan “komunisme ilmiah” pada abad ke-20 dan seluruh instrumentalisasi Ideologi Jerman mendorong kita untuk mencari sebuah frasa dalam teks itu sendiri. Sebab, kritik tajam atas filsafat Jerman di zaman ketika Marx masih hidup juga memberikan peringatan serius terhadap tren-tren eksegetikal di masa depan: “Bukan hanya dalam jawaban-jawabannya, bahkan dalam pernyataan-pernyataannya pun terdapat suatu mistifikasi”.
Dalam periode yang sama, sang revolusioner muda asal Trier itu melanjutkan studi-studi yang telah ia mulai di Paris. Ia menghabiskan bulan Juli dan Agustus 1945 di Manchester, menenggelamkan diri dalam lautan bacaan ekonomi berbahasa Inggris dan mengumpulkan catatan sebanyak sembilan buku (yang kelak disebut sebagai “Catatan-Catatan Manchester”), kebanyakan buku panduan ekonomi-politik dan sejarah ekonomi. Volume IV/4 MEGA yang terbit pada 1988 mengandung lima buku pertama dari catatan-catatan ini, bersama dengan tiga buku dari catatan-catatan Engels pada saat yang sama di Manchester. Volume IV/5, “Karl Marx – Friedrich Engels, Exzerpte und Notizen Juli 1845 bis Dezember 1850”, melengkapi serial teks ini dan membuat bagian-bagian sebelumnya yang belum terbit tersedia pada para peneliti. Ini mencakup buku-buku catatan 6, 7, 8, dan 9, yang mengandung catatan-catatan Marx dari 16 karya ekonomi-politik. Catatan terbanyak dibuatnya dari buku John Francis Bray, Labour’s Wrongs and Labour’s Remedy (1839) dan empat teks Robert Owen, khususnya Book of the New Moral World (1840-1844), yang semuanya menunjukkan minat Marx yang besar pada saat itu terhadap sosialisme Inggris dan rasa hormatnya kepada Owen, penulis yang diabaikan dan terburu-buru dicap “utopis” oleh kaum Marxis. Volume tersebut diakhiri dengan dua puluh atau lebih halaman yang ditulis Marx antara 1846 dan 1850, plus beberapa catatan studi Engels dari periode yang sama.
Studi-studi teori sosialis dan ekonomi-politik ini tidak menghalangi keterlibatan politik Marx dan Engels. Sebanyak 800 halaman lebih volume I/7 yang baru saja terbit, “Karl Marx – Friedrich Engels, Werke, Artikel, Entwürfe. Februar bis Oktober 1848”, memungkinkan kita mengapresiasi besaran aspek ini pada 1848: salah satu tahun yang paling padat dengan aktivitas politik dan jurnalisme para penulis Manifesto Komunis. Setelah gerakan revolusioner yang cakupan dan intensitasnya hingga masa itu tak tertandingi sukses mendorong tatanan sosial dan politik Eropa kepada krisis, pemerintahan-pemerintahan yang ada mengupayakan segala langkah-langkah tandingan untuk mengakhiri pemberontakan. Marx sendiri menanggung konsekuensi-konsekuensinya dan diusir dari Belgia pada Maret. Namun, sebuah republik baru saja diproklamirkan di Prancis, dan Ferdinand Flocon, pejabat pemerintahan sementara, mengundang Marx untuk kembali ke Paris: “Marx yang pemberani dan terkasih, (…) tirani telah mengusirmu, tetapi Prancis yang merdeka akan membuka kembali pintunya untukmu”. Marx segera mengesampingkan studi-studi ekonomi-politiknya dan melakukan aktivitas jurnalistik guna mendukung revolusi tersebut, turut mengarahkan orientasi politik sesuai kemauannya. Setelah menjalani periode singkat di Paris, pada April ia pindah ke Rhineland dan dua bulan kemudian mulai menyunting Neue Rheinische Zeitung yang didirikan di Cologne. Kampanye yang intens dalam kolom-kolomnya memberi bobot dukungan yang kuat kepada para pemberontak dan mendorong kaum proletar untuk menyokong “revolusi sosial dan republikan”.
Hampir seluruh artikel dalam Neue Rheinische Zeitung diterbitkan secara anonim. Salah satu keunggulan volume ini adalah koreksinya atas kepengarangan 36 teks pada Marx atau Engels, sementara koleksi-koleksi sebelumnya membuat kita bingung mengenai siapa yang menulis teks yang mana. Dari total 275 teks, 125 secara lengkap dicetak di sini untuk pertama kalinya dalam edisi karya Marx dan Engels. Bagian Apendiks juga menampilkan 16 dokumen menarik yang mengandung catatan-catatan tentang intervensi-intervensi mereka dalam rapat-rapat Liga Komunis, agregat Masyarakat Demokratik Cologne, dan Serikat Vienna. Di sini, mereka yang tertarik pada aktivitas politik dan jurnalistik Marx selama ‘tahun revolusi’ 1848 akan menemukan banyaknya bahan tak ternilai untuk memperdalam pengetahuan.

 

Bagian II