Marcelo Musto es un reconocido especialista en la obra y vida de Karl Marx. En los últimos años han aparecido numerosas publicaciones en español coordinadas, compila‐ das o escritas individualmente por él, brindándonos un conjunto de perspectivas diver‐ sas realizadas fuera de la región.
En Tras las huellas de un fantasma (2011) se entrega una composición amplia sobre el estatuto de los estudios marxistas en países claves. En De regreso a Marx (2016) se otorga un panorama sintético y amplio de distintas formas de recepción a lo largo del mundo, acompañado de importantes ensayos interpretativos. Finalmente, la aparición de Los Grundrisse de Karl Marx (2018), compilación publicada por el Fondo de Cultura Económica, permitió a los lectores en nuestro idioma acceder a una de las obras más importantes a propósito de los famosos manuscritos de Marx. En inglés, además, la obra Another Marx (2018) lo colocó como un referente en cuanto a la historia intelectual del filósofo de Tréveris.
Es por ello una muy buena noticia que aparezca Karl Marx: el último viaje del moro, una
obra que da continuidad al trabajo de investigación en torno a la biografía intelectual del referente principal de la teoría socialista. La importancia reside en que frente a las pro‐ puestas de Jonathan Sperberg, Gareth Stedman Jones y aun más las de Jacques Attali, tan difundidas en español, nos encontramos con alguien que trabaja la biografía de Marx desde un punto de vista marxista. El señalamiento de esta distinción en el posicionamiento despeja cualquier noción de que Marx es un hombre del siglo XIX “atrapado” en la epistemología de su época, seña de identidad de las biografías mencionadas ante‐ riormente. Por el contrario, Musto entiende que realizar un trabajo que aborde la biogra‐ fía intelectual es tanto un posicionamiento con respecto a la vida de un individuo y tam‐ bién un ejercicio de crítica de las ideas que han surgido como desarrollos teóricos del marxismo. Con Musto tenemos, tanto la precisión del biógrafo, como el balance de lo específicamente teórico. Si el individuo Marx nació y desarrolló su obra en un siglo (el XIX) en el que existían unas determinadas composiciones conceptuales, ello no implica que las problemáticas aludidas no sigan vigentes, así sea en otros formatos. No se trata entonces de lanzar como argumento evidencias –el siglo en el que vivió, pensó y murió– sino referir a los efectos de su intervención y a las condiciones que permitieron dichas irrupciones en campos del conocimiento diversos.
De tal manera que el libro que ahora reseñamos permite tanto acceder al nivel biográ‐
fico, en específico sobre las vivencias personales de Marx en los años 1881‐1883, como en su posicionamiento teórico, particularmente en lo que refiere al encuentro del alemán con diversas corrientes intelectuales y políticas. No se trata, por supuesto, de la vida de Marx en aislamiento, sino de sus múltiples vínculos afectivos, tanto en la política como en la familia.
Así, la parte biográfica del individuo Marx tiene que ver con múltiples momentos y motivos que impactan más allá de ella misma. Sobresale, en lo afectivo, la muerte de su esposa, hecho que genera un gran dolor y un impasse en su trabajo, así como los con‐ flictos y relaciones con sus hijas, que son presentadas entrañablemente. En el lado polí‐ tico se encuentra la presencia de Karl Kautsky, a quien Marx conoce en esos años y que le genera un desagrado profundo, trasmitido a su gran amigo Federico Engels. Se encuentra también un trazado sobre el último viaje de Marx, el único fuera de Europa y que ocupó por más de 70 días al viejo pensador, el destino: Argel.
Además de los intereses elementos biográficos, bien trazados en sus distintos contor‐ nos por Musto, emerge la preocupación por describir las diversas motivaciones intelec‐ tuales de Marx en aquella época. Podríamos señalar algunas que son relevantes a lo largo del texto. La primera tiene que ver con el acercamiento cada vez más comprome‐ tido de Marx con la antropología. De ella resultarán los llamados Cuadernos antropológi‐ cos. En ellos, a través de anotaciones, Marx profundizó sobre la historia de las distintas formas de propiedad, dato significativo pues amplió su mirada en torno a esta proble‐ mática que había sido trabajada de forma especulativa en los Manuscritos de 1844 y de una manera científica en los Grundrisse. La lectura de antropólogos abrió una posibili‐ dad para pensar formas más plurales de conceptualizar la propiedad privada y de dis‐ tintas formas de posesión. En todo esto Musto destaca la forma en la que Marx se rela‐ cionó críticamente con las formas de propiedad y posesión del pasado, no aceptándolo como un paraíso perdido frente a la propiedad privada moderna, sino como un dato a estudiar.
Los intereses intelectuales de Marx se diversificaron, pero también se mantuvieron en
una trayectoria constante. En la línea de la novedad se puede señalar que es en esta época en la que el filósofo alemán se entusiasma con las matemáticas, situación que lo lleva a escribir dos ensayos, compartidos con entusiasmo a Engels. En tanto que, en con‐ tinuidad con su trabajo previo, se detiene al estudio más detallado de los efectos de la presencia de las distintas naciones europeas en Asia, particularmente en lo que respec‐ ta al comercio.
Sin embargo, de todos los intereses intelectuales, el qué más ha despertado interés, por sus efectos prácticos, es el que giró en torno a una carta enviada por la populista Vera Zasúlich. Como es bien conocido, la militante rusa cuestionó a Marx a propósito de la tendencia entre algunos de sus seguidores, por sostener un trazado lineal y necesario del desarrollo social. Como también es conocido, aquello supuso para Marx un reto, expuesto en los largos borradores redactados, pero jamás enviados. Conviene aquí hacer una referencia puntual del trabajo, pues muestra la posición que Musto asume respecto a este problema:
En los proyectos preliminares a la cata a Vera Zasúlich no se muestra ninguna rasgadura dramática respecto de sus convicciones anteriores […] Los elementos de novedad respecto a sus intervenciones en el pasado muestran en cambio la apertura teórica, gracias a la cual él tomó en consideración otras vías posible para el pasaje al socialismo, que antes no habían sido tenidas en cuneta o se tenían por irrealizables. (Musto, 2020: 86‐87)
El pasaje arriba citado aleja a Musto de otras interpretaciones más conocidas en la región latinoamericana entre las cuales se encuentra Enrique Dussel (a quien refiere par‐ ticularmente en este punto), pero podríamos señalar algunas que circulan con frecuen‐ cia entre los círculos marxistas de la región, como lo es la del argentino José Aricó o la del mexicano Armando Bartra. Independientemente de ello, lo más candente de la dis‐ cusión que Musto trae a propósito de la correspondencia del filósofo alemán con la populista rusa es el significado teórico‐político. Además de cancelar de manera definiti‐ va la idea de una necesidad de la historia, al autor esta discusión le significa un claro ánimo por parte de Marx de des‐identificar socialismo y fuerzas productivas.
El libro cierra con un apéndice, en el cual se presenta el “Programa Electoral de los trabajadores socialistas”, firmado por Marx, Paul Lafargue y Jules Guesde. Como lo señala Musto, el programa expresa una serie de consideraciones mínimas que Marx con‐ sidera debe tener la clase trabajadora como eje de sus demandas, destacando una insis‐ tencia importante en incorporar las dimensiones de “sexo y raza” (hoy de género y étni‐ cas). Este cierre es el que permite a Musto retratar a Marx como un combatiente hasta el último de sus ideas, entregado a una causa mayúscula y universal, pero atento a los cambios y necesidades que surgían.
Marcello
Musto