Introducción
Este, a nuestro parecer, es uno de los libros imprescindibles en cuanto a la actualidad de Marx y el “marxismo”. Para comenzar, se toma como punto de partida el coloquio internacional celebrado en Nápoles el 2004, en el cual se presentaron una serie de ilustres pensadores y en la que se basa este libro.
Aquel conjunto de artículos está estructurado en tres secciones: 1) como primer punto, se muestra el avance de la edición de la Mega2, así como las vicisitudes lológicas con las que se enfrenta. 2) Del mismo modo, se examina la recepción e investigación actual de otros continentes en torno a Marx y sus obras. 3) Por último, se exponen diversas interpretaciones en torno a las tesis principales de Marx y los debates póstumos como el con icto entre la estructura lógica e histórica, los problema de la teoría del valor.
Antes de mostrar las secciones del texto, podemos mencionar que exis- ten diversas reseñas que se han realizado del libro. Sea en la página de la revista “Herramientas”, sea en la página o cial de Marcello Musto donde se puede apreciar una gama de estas. Teniendo en cuenta los antecedentes, se buscará presentar un panorama más detallado y mostrar puntos no tocados.
Ahora, bien uno de las aristas principales, que se muestran en el prefacio realizado por Vargas Lozano, consiste en hacer incapié en “mostrar el otro per l del rostro de Marx”, es decir, el conjunto de textos que el pensador de Tréveris produjo en vida y no se conocen por estar inéditos. Aquí encontramos al clá- sico alemán como químico, físico, geólogo, etc.2 Se desparrama un bloque de inéditos, y con ello suena la hora postrera de las visiones dogmáticas basadas en textos parciales. Uno de los problemas abordados, previa a la primera sección, por Marcello Musto es, principalmente, el de dejar de lado el espacio de Marx en la historia como pensador clásico o, entendido en el sentido Gadameriano como un pensador que produce obras que tienen un carácter imperecedero. En términos de Marcello Musto, re riéndose a Marx: “(…) sigue sin tener una edición integral y cientí ca de sus obras, entre los más grandes autores de la humanidad, esta suerte le tocó solo a él.” (Musto, 2011, 21).
Retomando el primer punto, sobre las ediciones, incluso, el primer marxólogo, Engels en diversas obras3 intentará mostrar un marxismo sistemati- zado y póstumamente a un Marx niquitado. Para no ir muy lejos, en la órbita política arraigada en los países de Europa del este, se manipuló por mucho tiempo las ediciones, agregando y quitando de cabo a rabo4. La trinchera crea- da por los marxistas de la II internacional y, del mismo modo, estrechamente ligados, la III internacional y a Stalin mostraron un Marx culminado. Una cara de la moneda la cual limita su pensamiento en varios aspectos, bien sea con el determinismo, “teoría sobre el derrumbe” (Musto, 2011, 24), y muchas conoci- das críticas más que se malinterpretaron de las cuales el autor de este texto nos invita a repensar. Finalmente, en la parte nal del artículo, como en los cinco primeros escritos, se muestra el avance de las publicaciones de la Mega2, así como su contenido, sus cambios y variantes, y, nalmente, las fechas de publi- cación y redacción de la obras de Marx.
Más especí camente, en el segundo trabajo, ya iniciando la primera sección, se muestra avances particulares y controversiales de las investigaciones. Así, pues, Manfred Neuhaus y Gerald Hubmann expondrán un análisis lo- lógico hermenéutico y una muy densa publicación de textos. Por ejemplo en la parte I/14 publicado el 2001 se encuentran artículos de la New York Daily Tribune, Neue Oder-zeitung de 1855 con más de 200 artículos y borradores, y por último 21 textos nuevos. Del mismo modo, la parte I/31 (publicado 2002) muestra al último Engels bajo una luz diferente que se re eja en los manuscritos del libro III del Capital y correspondencia con distintas naciones europeas y norteamericanas. También la política interior Rusa (Prohibido por Stalin en su régimen). En pocas palabras, 67 trabajos en esta parte del proyecto. Del mismo modo, se expone la II/14 (publicado 2003) compuesta por el último manus- crito relativo al tercer libro del capital (1871-1882) y textos que Engels uso en (1885-1894) el tercer libro de El Capital. También representan la unión del primer borrador (1864-1865) y El Capital III, así como el trabajo de edición de Engels. Con excepción de dos, todos son inéditos. Se incluyen del mismo modo el II/4.3 compuesta por borradores de Marx (1867-1868) para el tercer libro de El Capital y el III/9 sobre la crisis económica de 1857. Finalmente, la III/10 con la correspondencia (1859-1860) con más de 300 cartas inéditas. El III/13 con el intercambio epistolar de octubre 1864 a diciembre de 1865 son 354 de los cuales 153 de los mencionados están inéditas. Se edita, pues, muchos textos que ya circulan; sin embargo, se saca a ote un considerable conjunto de inéditos con el propósito de rescatar el pensamiento de Marx de lecturas parcializadas y sesgadamente politizadas.
Con todo, no se puede prescindir del papel del editor ni de su carga subjetiva. Tanto en textos de Hegel, de Weber, de Nietzsche, etc., como en los de Marx, –como lo indica Hubmann– se manifestará una tergiversación de ciertos conceptos e ideas. Como se especi ca, es indispensable examinar los textos con mucho tacto para no caer en confusiones con los escritos de Engels, rmador por Marx, en el caso de la New York Daily Tribune, por ejemplo5. Este problema será desmenuzado y explicado con detalle. Otro de los datos curiosos que se muestran son las diversas aristas con las que Marx, con su análisis inter- disciplinario, complementará sus categorías. Por ejemplo, directamente, en las publicaciones en las partes IV/26 las más de mil páginas manuscritas relativos a sus estudios de geología.6 O, en todo caso, la IV/31 donde se muestra sus estu- dios dedicados a la química y la siología. Aquí ya se puede notar con facilidad un Marx que demanda nuevas investigaciones.
Por otro lado, ya en la segunda sección, múltiples papeles cumplirán el grupo fundado en Sendai llamado MEGA referente al recibimiento, publica- ción y almacenamiento de las obras de Marx en Japón. Se obtuvo tres marcados resultados en el proceso de sus investigaciones; en primer lugar, en términos de Omura, un resultado fue realizar “una recolección de los resultados de la inves- tigación relacionadas con la segunda sección de la MEGA2” y hacer una historia de la obras de Marx en Japón. De igual importancia es la II/12 que actualmente se encuentra a cargo de los investigadores japoneses, la cual contiene como ob- jetivo la obra más importante de Marx: El Capital. Para concluir, el tercer punto gira en torno a la creación de un banco de datos en la biblioteca de universidad de Tohoku en el cual se almacena diversas obras de Marx como la copia com- pleta de Miseria de la losofía y la cantidad de manuscritos que forman el corpus del texto, así como, los Anales Franco Alemanes, Herr Vogt, etc.
Siguiendo con la reseña, se explica en el siguiente artículo de Wei Xiao- ping, por otro lado, sobre una convulsionada etapa de la historia de China en donde, particularmente, existe dos publicaciones de las obras completas de Marx y Engels que se mezclarán con las ediciones de la URSS lo cual causará diversas di cultades en su interpretación. De la misma forma, en el gigante asiá- tico se formaron tres corrientes remarcadas respecto al marxismo. Ante todo, en la primera, la corriente autóctona o el marxismo chino ligado al PCCH y Deng Xiaoping, se plantean como tesis centrales las propuestas del socialismo, la eco- nomía de mercado y la losofía de la praxis. Del mismo modo, el marxismo académico, la segunda corriente, profundiza rigurosamente en el plano teórico desligándose de la unión soviética y, por último, el marxismo occidental tiene sus inicios remontándonos a los 80’s; sus principales teóricos son los –llamados por Perry Anderson– marxistas occidentales incluyendo a Habermas, Derrida, el marxismo analítico, etc. Por otro lado, en el mismo tema, se hacen ver los periodos claves para entender el marxismo en China así como la importancia de la MEGA2 en esa orbita.
El penúltimo apartado de la segunda sección gira en torno al recorrido, la maduración y las vicisitudes por las que el joven Marx formará su pensamien- to. Puntos destacables del estudio son, llanamente, la atmosfera donde se lleva a cabo su alejamiento de nitivo de la visión del Estado racionalista, asimismo, su arraigo al materialismo y, aún más importante, el cara a cara con el proleta- riado parisino, esto es, el conocer el desarrollo y la importancia de la clase social obrera, parte nuclear indiscutible de su crítica a la economía política que lo acompañará hasta sus últimos días. Lo mencionado se engarza con las nuevas ediciones7 de la Mega2 en cuanto toma como base a los manuscritos que Marx redactará en esas fechas, que, en efecto, se tomarán en cuenta para sus póstumos escritos de economía política tanto los conocidos manuscritos de 1844 tanto los manuscritos de 1857-1858 o, si se quiere, los de 1861-1863. Si bien los últimos textos no son del llamado joven Marx, nos muestran entradas para entender los cambios categoriales que realizará.
Acto seguido, ya en la segunda sección, Guillermo Almeyra analiza la recepción de Marx en Latinoamérica; para ello hay que tener en cuenta su pers- pectiva frente al continente. El pensador de Tréveris obvia, o quizás desconoce, en 18588, “(…) sucesos de la sociedad venezolana y colombiana o sobre la re- volución haitiana, ni tuvo tampoco en cuenta, al hablar de Bolívar, el papel de la revolución latinoamericana”. (Musto, 134). Otra de las partes interesante del artículo es la breve periodización de la recepción de Marx en América Latina, etapa por etapa, dividida en cuatro momentos: 1) En primer lugar, la emi- gración de franceses, entre ellos obreros y artesanos. (1871-1880); 2) las leyes antisocialistas de Bismarck (1880-1890); 3) asimismo, el socialismo cientí co y la segunda internacional (1890-1900); 4) por último, la introducción del pen- samiento de Marx a la academia sociológica, la losofía (positivista) y la historia [referente a Argentina] (1895-1910)
Un punto controversial –que invitamos a crítica– será la negación del peruano José Carlos Mariátegui como el primer marxista latinoamericano, por no encajar como el primer pensador en aplicar el marxismo para un análisis práctico en América latina. Así, pues, se atribuye este puesto privilegiado al argentino Germán Avé Lallemant por su perspectiva e intento de aplicar las categorías marxistas en América Latina.
Por último, como tercera sección, tenemos las diversas interpretaciones y propuestas categoriales en torno a Marx y su objetivo de comprender el ca- pitalismo. Hay que apuntar, a continuación, que desde aquí hasta el nal, con excepción de la entrevista a Hobsbawm, todas las interpretaciones, tomarán como punto de partida El Capital. De manera que la problemática en el primer artículo, de esta última sección, inicia con la contraposición de la teoría y la “popularización” de los escritos de Marx, debate dentro del seno marxista. De modo similar, respecto a las críticas contra Marx tanto sobre la popularización tanto sobre la vulgarización, Fritz Haug, arguye que las categorías de plustraba- jo/trabajo no remunerado, por ejemplo, modi cadas en la edición traducida9 por el mismo Marx, son lo contrario a las críticas sobre el populismo, ya que por contrario forti ca la propuesta de Moro10.(Mehring, 1971, 25) Asimismo, este articulo desde ya es interesante porque, controversialmente, su tesis central se contrapone incluso en el mismo libro, a Christopher J. Arthur o Enrique Dussel por la perspectiva de la construcción categorial que realiza Marx y como se teje su relación con la lógica hegeliana.
Marx ha sido negado hasta en la órbita de los saberes donde él decidió dedicar toda su vida, donde aportó y lo sigue haciendo, o sea, en la economía. Fue acusado, sin más, de reduccionista, determinista, economicista, etc. En cambio, como se demostrará en este artículo de Michael Krätke, gracias a las críticas que Marx formuló, allá en el siglo XIX, no resbalará dos veces con los mismos errores mencionados. De la misma forma, se sugiere puntos cardinales que Marx no pudo concretizar en el desarrollo de su economía política, como la renta agraria, el horario de trabajo socialmente necesario, contradicciones en su teoría del valor, etc. También se resalta el contacto positivo de Marx contra los economistas canónicos, Ricardo, Say, Smith, etc., y como este logra superarlos. Como se visibiliza una vía para repensar la economía política desde Marx contra la agonizante economía neoliberal. A pesar de todo, el tema que plantea el uso de las tesis de Marx, ya sea modi cadas, ya sea explícitamente, es muy contro- versial y discutible, porque Marx no estaba pensando en dejarnos una forma de hacer economía en las entrañas del sistema actual, sino, por el contrario, en mostrar cómo funciona la lógica o el movimiento del capitalismo para así poder dinamitarlo. Para Marx, indiscutiblemente, el sistema capitalista es un sistema de explotación.
A continuación, en el siguiente artículo de Geert Reuten, la tesis prin- cipal se enmarca en la relación trabajo abstracto-dinero, analizando, pues, la dependencia del trabajo respecto al dinero. Recíprocamente, se plantean cate- gorías como sustancia introversa y extroversa, que representan respectivamente el trabajo abstracto y el dinero. Hay una interrelación de dependencia entre las dos categorías la cual nos permite realizar una lectura del sistema monetario nanciero, por ejemplo. Mientras tanto, se problematiza sobre la ruptura entre Marx y Ricardo, negando la especulación que proliferó el siglo pasado alinean- do a Marx como un neoricardiano.
Un error, según Christopher J. Arthur, ya en el siguiente artículo, en que comúnmente se incurre es el mezclar las dos dimensiones del método dialéctico, por un lado, su división histórica y, por otro lado, la sistemática. Las categorías que propondrá Arthur para superar el problema son la sociación, disociación y asociación, que servirán para poder entender la lógica hegeliana en relación a la de Marx. Saltando el proceso mencionado, la analogía con Hegel se establecen en: 1) la doctrina del ser (calidad, cantidad, y medida) y la mercancía (intercam- bio, cantidad de intercambio y el valor de intercambio), 2) simultáneamente, la doctrina de la esencia (fundamento, apariencia y actualidad) y el dinero (valor en sí mismo, forma de valor y dinero), y, 3) por último, la doctrina del concep- to y la idea (subjetivo, objetivo y la idea) y el capital (precio, metamorfosis de la mercancía y la autovalorización). Se concluye, por ende, la ligazón y correlación entre la lógica de Hegel y el desarrollo del capital.
Examinamos brevemente ahora como Dussel presenta a un Marx des- conocido, dicho de otro modo, unos aspectos de Marx que hasta la actuali- dad no habían sido plasmados y que, en cierta forma, respecto al concepto de trabajo vivo, colinda con Shelling. El argumento central es que –como es de saberse– si bien la lógica de Hegel in uye en todo momento en la crítica de la economía política, ya en la instrumentalización de la lógica que realiza Marx de la economía política hay un cierto resquebrajamiento, una paradoja, en cuanto a la totalidad del capital. El salto o Uebergehen del ser a la esencia es homogé- neo, además que la esencia es idéntica consigo misma. Por el contrario, es con Shelling donde Marx encontrará un antecedente porque ambos parten de un horizonte que está más allá de la totalidad. Para Hegel el fundamento –antes Dussel explica la relación entre Hegel y Marx– está en la totalidad, o sea, el fundamento es idéntico consigo mismo, no tiene nada fuera (en términos de economía política el capital se fundamenta en el valor, por ello, del fundamento se produce la ganancia); en cambio para Marx es desde el trabajo vivo, fuente de valor, que se produce plusvalor o, en otras palabras, desde la nada del capital. Dicho lo anterior, plantea Dussel, que es del pensamiento de Shelling de donde Marx puede plantear la creación del plusvalor desde la nada y no desde Hegel, porque Hegel parte de la totalidad. Finalmente, no podemos dejar de mencio- nar que en la analogía con las categorías para Dussel la medida de la doctrina del ser de Hegel es equivalente al dinero en la teoría de Marx. Nos preguntamos, entonces ¿qué ocurre con las otras determinaciones subsumidas hasta llegar al concepto y además que pasa con esa momento del despliegue del ser, acaso para Dussel fue obviada por Marx?
El último artículo del libro es un intento de reconstruir categorialmente El Capital dando cuenta de sus lagunas y desaciertos. Para lograr su objetivo, pues, divide El Capital en –una tonalidad diferente que la de Marx– tres partes: metaestructura, (la capa donde se encuentra –lo que Jacques Bidet considera– los polos opuestos, el mercado y la organización; asimismo el Estado en su sentido teórico) estructura (aquí se transforma el mercado en capitalismo), y tendencias y prácticas (clases, la política, movimientos obreros, etc.). Las de ciencias más notables de la obra del clásico alemán se enumeran en aporías relativas al valor, el precio, el derecho y la fuerza, el intercambio desigual y la explotación, las cla- ses y los partidos, la producción y circulación, la propiedad y la administración, etc., de igual manera, las diferencias entre la lógica (la dialéctica de la forma so- cial) y la historia (linealidad irreversible de la historia), por ende las pretensiones del autor, entonces, es hacer frente a estas di cultades.
Finalmente, se realiza una entrevista al “historiador del siglo XX”, Eric Hobsbawn, en torno a la relevancia de Marx en la actualidad. Brevemente, Hobsbawn mencionará 1) la exacta comprensión que el clásico de Tréveris tenía referente al capitalismo, sistema vigente que uye en cada instante relativo a todo átomo social, 2) asimismo, el arraigo que tuvo en los pensadores, corrien- tes y sucesos del siglo XX de los cuales no podemos escapar por su in uencia en nuestro días 3) y, por último, sintéticamente, –dice Hobsbawn– (…) debería ser leído porque, como él mismo escribió, el mundo no puede ser cambiado de manera efectiva a menos que sea entendido, y Marx permanece como una soberbia guía para la compresión del mundo y los problemas a los que debemos hacer frente (Musto, 2012, 245).
Conclusión
En n, se mostró en la reseña la importancia del libro para todo es- tudioso de Marx y para todo el que desea entender la problemática actual del pensador, y con ello, las contradicciones que se gestan con el sistema capitalista. Bien para conocer a nivel mundial el desarrollo de su obra o las ediciones de la Mega2, bien para informarnos y adentrarnos en el debate actual entorno a su prolí co pensamiento. A todo esto, a mi punto de vista, cabe agregar, la impor- tancia de conocer profundamente a Marx para entender las contradicciones que resaltan tras el análisis del enmarañado capital y sus contradicciones. Y qué me- jor que este libro centrado en mostrar precisamente un panorama de las lecturas actuales de Marx y su pensamiento.
Marcello
Musto